Ucrania denuncia crímenes de guerra. Los cadáveres en las calles de Bucha, a unos veinticinco kilómetros de Kiev, son la muestra de una masacre mayor denunciada por el gobierno ucraniano.
Ucrania denuncia crímenes de guerra mientras la tropas rusas se concentran para una ofensiva a gran escala en la región de Donbás. Los cadáveres en las calles de Bucha, a unos veinticinco kilómetros de Kiev, son la muestra de una masacre mayor denunciada por el gobierno ucraniano.
Rusia responde que solo es una escenificación posterior a su abandono de la localidad.
Algo que contradicen las imágenes de satélite de la agencia Maxar grabadas hace semanas que muestran cadáveres en las calles mientras la ciudad estaba ocupada por el ejército ruso.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reclamó un tribunal ante el que los hechos sean juzgados:"Tener como objetivo asesinar a civiles es un crimen de guerra. Deben establecerse todos los hechos y todos los responsables de estas atrocidades deben ser llevados ante la Justicia".
La OTAN coincide con Ucrania en que las tropas rusas se están concentrando para una gran ofensiva en el Donbás.
Según el parte diaro del ministerio de Defensa ruso, sus fuerzas han atacado un Centro de Entrenamiento de las Fuerzas ucranianas y varios depósitos de combustible.
Las tropas ucranianas retoman el control de ciudades como Borodyanka, de la que se han retirado los rusos. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski advirtió que podría haber otras masacres aún peores que las de Bucha. Citó a la cudad de Mariúpol que sigue sitiada.
En las calles se libran intensos combates, 130.000 habitantes luchan por sobrevivir sin distribución de alimentos, agua corriente, ni electricidad. Un 90 % de edificios e infraestructura urbana han quedado destruidos por los bombardeos rusos.
Mikoláiv, ciudad clave en la ruta hacia Odesa, teme ser la siguiente en la lista del Kremlin. Por ahora resiste, pagando un alto precio en infraestructuras y vidas. Para Rusia es esencial para evitar que Ucrania recupere Jersón.