Se mantiene la presión social en la calle.
La dimisión del presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, y su huída a Singapur no ha sido suficiente para de los manifestantes.
Reclaman que el nuevo presidente en funciones, Ranil Wickremesinghe, también se aparte y dé paso a un cambio del sistema político del país.
Srí Lanka lleva décadas gobernada por distinto miembros de una misma familia. El país sufre una corrupción permanente. Para el sociólogo Jude Fernando no es momento de cambios superficiales: "Si este sistema político actual continúa, creo que habremos perdido la batalla. Creo que el mero hecho de cambiar de liderazgo, de cambiar las caras, no traerá el cambio. Así que siempre trato de pensar en quién será la persona que pueda al menos romper de forma significativa con el pasado, con la vieja guardia. Si eso ocurre, se crearía un vacío, y si podemos llenar ese vacío con gente decente, entonces creo que habremos conseguido mucho".
La economía de Sri Lanka, cargaba un gran endeudamiento por el freno del turismo.
Se ha deteriorado en cascada en un tiempo record tras la invasión rusa de Ucrania lo que disparó la inflación y los precios del combustible mientras las reservas de divisas cateron a mínimos históricos.