Miedo al monstruo nuclear de Zaporiyia y miedo a los bombardeos masivos. Los habitantes de Nikopol, una localidad de 10 kilómetros de la central, huyen cada noche de sus hogares para dormir en tiendas de campaña y coches por miedo a los incesantes bombardeos
Para muchos habitantes de Nikopol, una localidad ucraniana situada a apenas 10 kilómetros de la central nuclear de Zaporiyia, pasar la noche en coches y tiendas de campaña se ha convertido en algo habitual. No quieren dormir en sus casas porque durante las noches los bombardeos son masivos sobre las ciudades situadas a orillas del río Dnieper.
Por eso se trasladan a lugares menos expuestos, en los que montan sus refugios improvisados. Es el caso de Maia, que trabajaba de profesora en Nikolai, y de su marido, que aún acude cada día a su puesto de trabajo.
"Por el momento, nuestra casa sigue intacta -explica Maia-, pero siempre nos vamos con miedo y rezamos para poder volver. Mucha gente ha perdido su hogar. (Los rusos) están bombardeando por la noche, cuando la gente duerme. Y en los últimos días también están bombardeando durante el día", afirma.
Muchos hombres se han quedado en Nikopol para trabajar en las fábricas que aún siguen abiertas, mientras sus mujeres e hijos se han refugiado en pueblos un poco más alejados. Es el caso de Olena, madre de un niño de 6 años, que se ha desplazado a una localidad de unos 30 kilómetros de la central nuclear.
"No tenemos miedo de la central de Zaporiyia, sino de la gente que está allí. Los soldados rusos la bombardean y luego echan la culpa a nuestros soldados. Para los ucranianos no tiene sentido bombardearla porque sabemos lo que fue Chernóbil y a nadie se le ocurriría atacar una central nuclear. Esperemos que los soldados rusos sean expulsados de allí", dice Olena.
La mayor parte de la población de Nikopol ha huido. Y los habitantes que quedan, duermen en refugios o sótanos, temiendo que uno de los bombardeos pueda provocar un desastre nuclear.