Por Tom Balmforth
KIEV, 19 oct - El nuevo comandante de las fuerzas rusas en Ucrania reconoció las presiones a las que se ven sometidos sus efectivos por las ofensivas ucranianas para retomar zonas del sur y el este del país, que Moscú se anexionó en unos cuestionados referendos hace apenas unas semanas.
En una nueva señal de la preocupación rusa sobre la situación actual, el dirigente de la estratégica región sureña de Jersón nombrado por el Kremlin anunció el martes un "desplazamiento organizado y gradual" de la población civil de cuatro ciudades junto al río Dniéper.
"La situación en la zona de la 'operación militar especial' puede calificarse de tensa", declaró al canal de noticias estatal Rossiya 24 Serguéi Surovikin, el general de la Fuerza Aérea rusa que ahora está al mando de las fuerzas de invasión de Ucrania, utilizando la terminología del Kremlin para referirse a su invasión de Ucrania.
Sobre Jersón, Surovikin dijo: "La situación en esta zona es difícil. El enemigo está atacando deliberadamente infraestructuras y edificios residenciales".
Las fuerzas rusas en la región de Jersón han retrocedido entre 20 y 30 kilómetros en las últimas semanas, y corren el riesgo de quedar arrinconadas contra la orilla occidental del río Dniéper, de 2.200 kilómetros de longitud, que divide a Ucrania.
Vladimir Rogov, miembro del consejo instalado por Rusia que gobierna Zaporiyia, también en el sur de Ucrania, dijo que las fuerzas ucranianas han intensificado sus bombardeos nocturnos en Energodar, ciudad controlada por los rusos en la que viven muchos de los empleados de la central nuclear de Zaporiyia.
Los disparos de artillería alcanzaron las afueras de la ciudad y se produjeron 10 ataques en torno a una central térmica, dijo el miércoles en la aplicación de mensajería Telegram.
Dmytro Orlov, que Ucrania reconoce como alcalde de Energodar, culpó a Rusia de los bombardeos.
"El bombardeo, primero de la zona industrial y luego de la propia ciudad, comenzó alrededor de la medianoche y no se detuvo por la mañana", dijo en una publicación en la aplicación de mensajería Telegram.
El jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Grossi, dijo que espera volver "pronto" a Ucrania, en plenas negociaciones para establecer una zona de protección de la seguridad alrededor de la instalación de Zaporiyia, la mayor central nuclear de Europa.
La central de Zaporiyia se encuentra en una de las cuatro regiones ucranianas que Rusia ha proclamado como anexionadas, pese a ocuparlas de forma parcial. Las otras tres son Jersón y las provincias fronterizas orientales de Donetsk y Luhansk, conocidas conjuntamente como el Dombás.
El presidente ruso Vladimir Putin las proclamó como regiones de pleno derecho de Rusia tras organizar lo que Moscú llamó "referendos" en septiembre, que Kiev y los países occidentales denunciaron como ilegales y coercitivos.
El ejército ucraniano dijo el miércoles que las fuerzas rusas llevaron a cabo en las últimas 24 horas ataques con misiles de crucero, de aviación y antiaéreos guiados en varias regiones del país, incluyendo Kiev y Zaporiyia.
"Además, los ocupantes utilizaron 14 vehículos aéreos no tripulados Shahed-136 de fabricación iraní, 10 de los cuales fueron derribados", dijo.
Reuters no pudo verificar de forma independiente estas informaciones sobre el campo de batalla.
Tanto Ucrania como Rusia han negado haber atacado a la población civil, aunque Ucrania ha acusado a las fuerzas rusas de crímenes de guerra.
AUMENTO DE EFECTIVOS
Desde que las tropas rusas invadieron la frontera ucraniana el 24 de febrero en lo que Putin denominó una "operación militar especial", el conflicto se ha convertido en una guerra de desgaste que se libra principalmente en el este y el sur de Ucrania.
Las posiciones de las tropas rusas en Kupiansk y Limán, en el este, y la zona entre Mikoláiv y Krivói Rog, en la provincia de Jersón, fueron citadas por Surovikin como objeto de constantes ataques.
Parece admitir que existe el peligro de que las fuerzas ucranianas avancen hacia la ciudad de Jersón, cerca de la desembocadura del Dniéper en la orilla occidental. Rusia capturó la ciudad en los primeros días de la invasión y sigue siendo la única población ucraniana importante que las fuerzas de Moscú han tomado sin daños.
Los dirigentes apoyados por Rusia han advertido que un asalto ucraniano podría ser inminente.
Vladimir Saldo, jefe de la región de Jersón instalada en Rusia, dijo que el riesgo de un ataque ucraniano ha llevado a la decisión de evacuar a algunos civiles de cuatro ciudades.
"La parte ucraniana está acumulando fuerzas para una ofensiva a gran escala", dijo Saldo en una declaración por vídeo. El ejército ruso se está preparando para repeler la ofensiva, dijo, y "donde operan los militares, no hay lugar para los civiles".
LLUVIA DE MISILES Y DRONES
La semana pasada, Rusia desató la mayor oleada de ataques con misiles contra Ucrania desde el inicio de la invasión.
Putin calificó los ataques aéreos con misiles y drones como una venganza por una explosión que dañó el puente ruso hacia Crimea.
Ucrania no ha reivindicado la responsabilidad de la explosión del puente del 8 de octubre, pero la ha celebrado.
Estados Unidos, Reino Unido y Francia planean tratar las supuestas transferencias de armas iraníes a Rusia en una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad el miércoles, dijeron los diplomáticos.
La dependencia de Rusia de los aviones no tripulados de fabricación iraní expone a Rusia como "en bancarrota en términos militares y políticos", dijo el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en su discurso de vídeo del martes por la noche.
Ucrania acusa a Rusia de utilizar los "drones kamikaze" Shahed-136 de fabricación iraní. Irán niega haberlos suministrado y el Kremlin niega haberlos utilizado.
Sin embargo, dos altos cargos iraníes y dos fuentes diplomáticas iraníes dijeron a Reuters que Teherán ha prometido proporcionar a Rusia más aviones no tripulados y misiles superficie-superficie.
Zelenski también dijo que Rusia ha destruido casi un tercio de las centrales eléctricas de Ucrania en la última semana, e instó a la población a reducir el consumo de electricidad.