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El papa pide "no perder la esperanza" durante "la madre de todas las vigilias", la Vigilia Pascual

El papa junto al cirio pascual
El papa junto al cirio pascual Derechos de autor HANDOUT/AFP or licensors
Derechos de autor HANDOUT/AFP or licensors
Por Euronews en español con EFE
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El papa Francisco solo leyó la homilía de la Vigilia Pascual después de días en los que se ha visto afectado por una bronquitis. Pidió evitar los sentimientos de "derrota" y "no perder la esperanza" en los actuales tiempos de guerra.

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Los católicos han celebrado la Vigilia Pascual. La madre de todas las vigilias, la liturgia más larga de todo el año del culto católico romano y que transcurre entre la oscuridad y la luz. Conmemora la espera ante la resurrección de Jesús. 

El papa, que solo leyó la homilía debido a sus recientes problemas de salud, ha pedido evitar los sentimientos de "derrota" y "no perder la esperanza" en los actuales tiempos de guerra. 

Francisco invitó a los fieles a recordar el evangelio de Pascua, al recordar que las mujeres no miraron hacia atrás al conocer la resurrección de Jesús: "Salieron del sepulcro deprisa, con miedo y gran alegría, y corrieron a anunciar la noticia a sus discípulos". Ellos traen la noticia que cambiará la vida y la historia para siempre: "¡Cristo ha resucitado!"

"La Pascua del Señor nos impulsa a ir adelante, a salir del sentido de la derrota, a hacer rodar la piedra de los sepulcros en los que a menudo encerramos la esperanza, a mirar con confianza al futuro", concluyó.

Unos 8 000 fieles, según el Vaticano, vivieron en persona los momentos más simbólicos de este rito como la bendición del fuego o el encendido del cirio pascual.

La ceremonia comenzó a oscuras con una solemne procesión que recorrió la imponente Basílica de San Padre, a la que el Pontífice llegó en silla de ruedas.

A continuación, el templo fue iluminándose gracias a los fieles, entre los que había 40 cardenales y 25 obispos, que encendieron uno a uno los cirios para poner fin a la oscuridad, que representa la ausencia de luz tras la muerte de Jesucristo.

En esta larga ceremonia, de casi tres horas, se leen pasajes del Antiguo y Nuevo testamento de la Biblia, en idiomas como el latín, italiano, francés y español.

Además, se sigue la tradición de los primeros años de la Iglesia, la de los catecúmenos, los adultos que aspiraban a convertirse al cristianismo. Y por ello, hacia la mitad del rito, Francisco bautizó a ocho adultos de Albania, EE.UU., Nigeria, Italia y Venezuela.

Francisco tiene previsto celebrar la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro, donde pronunciará su mensaje de Pascua e impartirá la bendición Urbi et Orbi.

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