La Iglesia católica portuguesa pidió perdón el pasado 20 de abril por delitos sexuales cometidos contra menores en el seno de la Iglesia. El informe de una comisión de investigación independiente estimó el número de víctimas en unas 5 000 desde 1950.
PUBLICIDADJosé Ornelas Carvalho, Presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, en la misa de perdón del 20 de abril.
La Iglesia pide perdón por los abusos
"Reconocemos, y presentamos, a cada uno de los que han sufrido estos abusos en un ambiente eclesial, una profunda, sincera y humilde petición de perdón".
Eran las palabras de José Ornelas Carvalho, Presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal.
La Iglesia católica portuguesa pidió perdón el pasado 20 de abril por delitos sexuales cometidos contra menores en el seno de la Iglesia.
El informe de una comisión de investigación independiente estimó el número de víctimas en unas 5 000 desde 1950.
Los testimonios de António y Filipa
Entre ellos, António Grosso, que sufrió abusos sexuales por parte de un sacerdote cuando tenía entre 10 y los 12 años.
"Fui a Fátima, al internado de un sacerdote franciscano. Durante la noche, él se masturbaba entre mis piernas. Me decía: tienes que levantarte e ir a la misa de las 7, a confesarte. Tengo que hablar de estas cosas sin vergüenza, con valentía. Porque somos nosotros los que tenemos valor y ellos quienes no tienen vergüenza", explica António Grosso, antigua víctima de abusos sexuales de la Asociación Coração Silenciado.
Corazones silenciados e intentos de suicidio
Filipa, exmonja, fue violada por un sacerdote cuando tenía 17 años. Intentó en vano alertar a la jerarquía católica.
"El Vaticano dijo que el caso estaba cerrado, porque ya había prescrito, y que yo era la única víctima conocida de este sacerdote. Por eso, el cura sigue en activo. Y yo caí en una depresión, incluso intenté suicidarme", cuenta Filipa, antigua víctima de abusos sexuales - Asociación Coração Silenciado.
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