El gobierno italiano preocuado por la disminución de la natalidad.
PUBLICIDADNo es frecuente ver al Papa sentado junto a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
Han compartido escenario para debatir medidas destinadas a aumentar la natalidad en Italia.
Broche de una reunión de dos días que congregó a distintos especialistas y responsables políticos.
Italia tiene junto a España una de las tasas de natalidad más bajas de la Unión Europea; envejece a un ritmo mucho más rápido que otros países europeos.
Y es uno de los banderines del programa político de Giorgia Meloni.
El artífice del encuentro explica que la crisis de natalidad italiana es una emergencia nacional y una cuestión que afecta a todos los partidos.
Gigi De Palo, responsable de la Fundación para la natalidad explica que "No debería haber una mayoría política y una oposición cuando se trata de debatir este tema. Es una llamada común desde los bancos a las empresas y de nuevo desde el mundo del espectáculo a los medios de comunicación, así que todas las fuerzas políticas deberían unirse al debate porque los gobiernos cambian pero el problema permanece. Nuestro objetivo es crear un debate nacional sobre este tema al que todos puedan contribuir".
Las cifras no son alentadoras.
En 2022 los nacimientos cayeron a un nuevo mínimo histórico por debajo de los 400.000.
Italia registró más de 12 muertes por cada siete nacimientos.
El gobierno de ultraderecha de Meloni creó el ministerio de la Familia y la Natalidad.
Recortar los impuestos sobre la venta de productos de puericultura y aumentar las prestaciones por hijo a cargo son algunas de las propuestas que el nuevo gobierno incluye en su presupuesto para 2023.
El objetivo del gobierno italiano es llegar a medio millón de nacimientos al año a finales de 2033.