Las tropas israelíes comienzan a retirarse del campo de refugiados de Yenín al norte de la Cisjordania ocupada, tras dos días de incursión que han dejado al menos 12 palestinos y un soldado israelí muertos.
Durante la retirada, militantes de la Franja de Gaza lanzaron cinco cohetes contra Israel, que fueron interceptados por el sistema de defensa israelí y respondidos con ataques en, lo que Israel asegura, eran puntos clave del movimiento islamista Hamás, que gobierna el enclave.
Por otro lado, un atropello múltiple y un coche bomba en Tel Aviv han dejado al menos ocho personas heridas, cinco de ellas en estado grave.
El Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha advertido de que Yenín no será un hecho aislado: "En este momento estamos completando la misión, y puedo decir que nuestra amplia operación en Yenín no es algo puntual. Continuaremos todo el tiempo que sea necesario para erradicar el terrorismo, no permitiremos que Yenín vuelva a ser una ciudad refugio para el terror, y cortaremos y golpearemos al terrorismo allí donde lo veamos."
La ONU ha condenado la magnitud de las operaciones aéreas y terrestres de Israel, especialmente los más de 10 ataques aéreos que han golpeado el campo de refugiados densamente poblado.
El Ejército israelí afirma que la operación se ha centrado en la incautación de armas y la persecución de terroristas. La Autoridad Palestina, por su parte, hablaba de una guerra abierta contra la población de Yenin.