Medio centenar murieron, pero las autoridades dijeron el miércoles que esperan que otros 45 cetáceos de la manada sobrevivan.
Horas de angustia y drama en la playa de Cheynes, en el suroeste de Australia, donde medio centenar de calderones o ballenas piloto han muerto tras quedar varadas en aguas poco profundas.
Decenas de rescatistas, veterinarios y voluntarios están tratando de salvar a otras tantas ballenas que también quedaron varadas. Es una tarea difícil y peligrosa, ya que deben operar entre cetáceos que sufren, estresados y potencialmente enfermos, en aguas con grandes olas llenas de tiburones.
Esta no es la primera vez que ocurre un drama de este tipo en Australia. En septiembre del año pasado, 230 calderones se quedaron varados en Tasmania, que se encuentra en las rutas migratorias de varias especies de cetáceos.