El presidente de Níger, Mohamed Bazoum, sigue desafiante e insiste en que la democracia prevalecerá.
Los oficiales amotinados del ejército que han detenido al presidente de Níger parecen estar reforzando su control sobre el país.
Cientos de sus partidarios tomaron las calles de Niamey, la capital, para denunciar a Francia y Occidente y pedir la intervención de Rusia. Varias personas resultaron heridas este jueves durante la violenta protesta progolpista, en la que los manifestantes asaltaron la sede del partido del presidente y quemaron una veintena de vehículos.
Su causa se vio reforzada por una declaración de apoyo de los altos mandos del ejército. Pero el presidente Mohamed Bazoum sigue desafiante e insiste en que la democracia prevalecerá.
Una portavoz del presidente del Consejo de la UE, Charles Michel, pidió su liberación inmediata:
"Reiteró el pleno apoyo de la UE y nuestra convicción de que Níger es un socio esencial de la Unión Europea en el Sahel, cuya desestabilización no serviría a los intereses de nadie en el país, la región o más allá", declaró la portavoz Nabila Massrali.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, también pidió la liberación de Bazoum. El golpe ha sido condenado por las potencias occidentales y muchos de los vecinos de Níger, algunos de los cuales participan en los esfuerzos de mediación.
Según Guterres, el golpe de Estado es una muestra más de que la región delSahel se ha convertido en "extremadamente problématica" y caldo de cultivo perfecto para el terrorismo.