La explosión mortal en una gasolinera de los suburbios de Bucarest ya ha dejado al menos dos muertos y más de medio centenar de heridos. Al parecer funcionaba sin licencia y el depósito era del hijo del alcalde de Crevedia.
La Fiscalía de Rumanía ha abierto una investigación sobre las dos explosiones en una gasolinera de gas licuado de petróleo sin licencia de los suburbios de Bucarest. Ambas han dejado dos muertos y más de medio centenar de heridos este fin de semana.
Varias personas se encuentran en estado crítico debido a la gravedad de las quemaduras. Los destrozos fueron considerables.
La mayoría de los heridos son bomberos que se encontraban en el lugar durante la segunda explosión. Habían acudido a la estación de la localidad de Crevedia para extinguir las llamas que se habían producido en el primer estallido.
El incendio se inició mientras se trasladaba gas de un camión cisterna a otro. Se especula con la posibilidad de que se tirara un cigarrillo en un descuido.
Cientos de personas han hecho cola para donar sangre. El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, ha calificado las explosiones como una "tragedia" y se ha mostrado "profundamente entristecido" por lo ocurrido. El depósito era del hijo del alcalde de Crevedia, miembro del partido gobernante.
El funcionario de situaciones de emergencia Raed Arafat dijo que los residentes en un área con un radio de 750 metros alrededor de la estación habían sido evacuados.
El número de personas evacuadas se estimó en 3.000. La evacuación comenzó después de que al menos una casa particular se incendiara, dijo Florin Petre, alcalde de Crevedia, en una entrevista con la emisora Digi24.