Colombia, el mayor productor mundial de cocaína, batió el año pasado un nuevo récord en la fabricación de esta droga y en el cultivo de la hoja de coca con la que se elabora.
PUBLICIDADColombia, el mayor productor mundial de cocaína, batió el año pasado un nuevo récord en la fabricación de esta droga y en el cultivo de la hoja de coca con la que se elabora, según un informe de Naciones Unidas publicado el lunes.
El cultivo de hoja de coca fue el año pasado un 13 % superior al de 2021, mientras que la producción de cocaína pasó de 1400 toneladas a 1738, según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD). Se trata de las cifras más elevadas desde que la ONU comenzó a realizar seguimientos en 2001.
"Quiero destacar que todas las categorías tuvimos incremento del área sembrada con coca, pero en particular un muy fuerte incremento en los Parques Nacionales Naturales", declaró Leonardo Correa, funcionario de la ONUDD.
"Hay un elemento adicional que nos llamó muchísimo la atención, que también es una consolidación de un proceso que ya lleva varios años y es la coca moviéndose hacia las zonas de frontera. No solamente en la frontera sur, (Ecuador) no solamente es que crece en la frontera sur, sino también en la frontera al norte con Venezuela " agregó.
El Gobierno colombiano advirtió que, a pesar de este informe, se ha producido una "desaceleración" en el crecimiento en los cultivos de coca. El crecimiento en 2022 fue del 13 %, mientras que en 2021, fue del 41 %.
"Son unas cifras que preocupan, pero nos indican que la política (del gobierno de Gustavo Petro) aún con sus primeros anuncios, con las primeras actuaciones que tuvimos sin que estuviera totalmente perfilada, han ido aplanando esa curva", declaró el ministro de Justicia de Colombia, Néstor Osuna.
La producción de hoja de coca se extiende actualmente por 230 000 hectáreas en el país, y la mayor parte de la cocaína colombiana se destina a Estados Unidos y Europa.
Una nueva política
Petro, que asumió el cargo el año pasado, ha planteado una amnistía para los narcotraficantes dispuestos a entregarse y abandonar el comercio en pos de su búsqueda de la "paz total" en el país, asolado por la violencia.
El presidente también ha propuesto la compra de tierras cultivables para redistribuirlas entre los pequeños agricultores y que puedan vivir de cultivos legales libres del yugo violento de las bandas de narcotraficantes de las que dependen para ganarse la vida.
El cultivo de coca es ilegal, pero un pilar fundamental para muchos en este país sudamericano de 50 millones de habitantes.
Gran parte del sector está controlado por grupos armados, ya sean guerrillas de izquierdas, paramilitares de derechas o cárteles de la droga.