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Discordia y desafío: ¿Cómo ha afectado a Irán la muerte de Mahsa Amini?

Mujeres sin pañuelo en las calles de Irán (derecha), el líder supremo del país, Ali Jamenei (izquierda)
Mujeres sin pañuelo en las calles de Irán (derecha), el líder supremo del país, Ali Jamenei (izquierda) Derechos de autor AP Photo
Derechos de autor AP Photo
Por Euronews Persian with Joshua Askew
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

La muerte de la joven de 22 años el 16 de septiembre desencadenó una de las mayores -y más significativas- oleadas de protestas que han sacudido la República Islámica en años.

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Las fuerzas de seguridad de Irán se han preparado a conciencia para el primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini.

La joven kurda, de 22 años, murió el 16 de septiembre cuando estaba bajo custodia de la policía de la moral iraní (conocida como Patrulla Irshad), lo que desencadenó grandes protestas.

Un año después, los efectos políticos y sociales de su muerte aún se dejan sentir en todo el país.

Varios centenares de manifestantes murieron y más de 20.000 personas fueron detenidas durante las manifestaciones que duraron varios meses. Se las conoce como el movimiento "Mujer, Vida, Libertad", que refleja el lema utilizado por quienes se oponen a la República Islámica.

Decenas de miembros de las fuerzas de seguridad del régimen y de su fuerza paramilitar Basij también perdieron sus vidas y resultaron heridos durante los disturbios.

Pero, ¿qué impacto han tenido las protestas en Irán?

La resistencia al hiyab obligatorio se ha convertido en un signo de protesta

En Irán, la ley obliga a las mujeres a cubrirse el cabello con un pañuelo.

Incluso antes del movimiento de protesta del año pasado, era habitual ver a mujeres iraníes llevándolo suelto alrededor de la cabeza o a veces de los hombros, desafiando así las normas, que son profundamente impopulares entre gran parte de la población.

Las disputas sobre el hiyab obligatorio se han convertido en uno de los principales temas que acaparan los titulares dentro de Irán.

Sin anunciar oficialmente su decisión, las autoridades iraníes retiraron de las calles a la policía de la moral -que hace cumplir los estrictos códigos y normas islámicos de vestimenta del país- en las semanas y meses posteriores a la muerte de Amini.

La violencia ejercida por la policía de la moral hacia mujeres y niñas se cita ampliamente como uno de los factores que provocaron la disidencia.

Ahora, las autoridades iraníes intentan encontrar la manera de hacer frente al creciente número de mujeres que se niegan a cubrirse el cabello.

Sin embargo, el equilibrio de poder entre el régimen y las mujeres desafiantes puede haber cambiado.

Aunque las autoridades han insistido varias veces en los últimos meses en que se castigará a quienes incumplan las normas, los observadores afirman que la situación actual es muy distinta de la que vivían las mujeres antes de la muerte de Amini.

Antes de las protestas, los funcionarios iraníes se preocupaban sobre todo por las mujeres con lo que llamaban "mal hiyab" -es decir, que no lo llevaban de forma que cubriera completamente el cabello-, mientras que hoy en día ven a mujeres sin pañuelo en público.

Vahid Salemi/Copyright 2023 The AP. All rights reserved.
Una mujer habla en su móvil sin llevar el obligatorio pañuelo islámico en el norte de Teherán, Irán, el 29 de abril de 2023.Vahid Salemi/Copyright 2023 The AP. All rights reserved.

La propia Amini fue detenida por la policía de morali por supuesto "mal hiyab", cuando viajaba con su familia a la capital, Teherán. Al parecer, la golpearon duramente, dándole varios golpes violentos en la cabeza, aunque las autoridades iraníes lo niegan.

La policía de la moral ha vuelto a las calles al reanudar sus patrullas, y las mujeres vistas sin velo en sus coches reciben advertencias por SMS. Sin embargo, estos agentes ya no se presentan como "policía de la moral", como solían hacer antes de la muerte de Amini.

Un informe de Euronews de abril reveló que China estaba alimentando esta represión contra las mujeres iraníes, proporcionando tecnologías importantes y otro tipo de apoyo al Gobierno de Irán.

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Ali Jamenei, líder de la República Islámica, habló hace unos meses de la aceptación del "hiyab débil", como él mismo lo denominó.

Sus comentarios podrían interpretarse como una señal de que las autoridades iraníes dan ahora prioridad al trato con las mujeres que se niegan a cubrirse.

Sin embargo, muchos iraníes de a pie están más preocupados por la subida vertiginosa de los precios y por la economía del país, castigada por las sanciones.

Una medida adoptada por las autoridades iraníes para enfrentarse a los infractores de las normas y castigarlos es el llamado proyecto de ley sobre "castidad y velo", que faculta a los servicios de inteligencia y a la policía para actuar contra las mujeres.

Expertos de las Naciones Unidas calificaron recientemente de "apartheid de género" los cambios legales, que crean nuevas penas y fuertes multas para las mujeres que se desvelan.

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Un creciente apetito por el "cambio de régimen"

Aunque se originaron por la muerte de Amini, las protestas se convirtieron en uno de los desafíos más importantes a los gobernantes teocráticos de Irán en años.

Los disturbios acabaron aplastados en medio de una oleada de violencia y derramamiento de sangre: las fuerzas de seguridad dispararon contra personas que tocaban el claxon de sus coches en apoyo de los manifestantes y utilizaron armas de uso militar en el Kurdistán iraní.

Las protestas esporádicas continúan en Sistán y Baluchistán, con manifestaciones semanales en Zahedan, la capital de este último, que persisten mucho después de que volviera la calma relativa en el resto del país.

Las protestas nacionales de 2022 no sólo supusieron uno de los mayores desafíos al régimen desde la revolución islámica de 1979, sino que además no tuvieron precedentes en cuanto a extensión geográfica y duración.

Los expertos sugirieron a Euronews en noviembre que la sociedad estaba excepcionalmente unida, y el abogado iraní de derechos humanos Shadi Sadr dijo entonces que los disturbios mostraban que el régimen había perdido la aprobación entre sus "principales partidarios".

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Las autoridades iraníes, cogidas desprevenidas por la disidencia, son ahora ultrasensibles ante un posible retorno de los problemas en las calles.

La detención de familiares de manifestantes muertos antes del aniversario de Amini ha sido interpretada por algunos como una señal de la inseguridad del régimen.

En diciembre, Cornelius Adebahr, investigador no residente del centro de investigación Carnegie Europe, señaló posibles "luchas de poder" entre las élites.

Además de "Mujer, Vida, Libertad", muchos manifestantes coreaban eslóganes que pedían abiertamente un cambio de régimen.

Los anteriores dirigentes de Irán, como el ex presidente Hassan Rouhani, han intentado reformar la República Islámica desde dentro, relajando las restricciones sociales. Pero las protestas pusieron de relieve que muchos iraníes, especialmente sus jóvenes, quieren un cambio completo de sistema.

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Los iraníes se enfrentan a una crisis económica debida principalmente a las sanciones internacionales por el programa nuclear del país.

Los hogares de todo el país se enfrentan a oleadas rápidas y consecutivas de subidas de precios, y la moneda iraní ha perdido más del 90% de su valor en una década, según The Economist.

Las autoridades están preocupadas por la posible convergencia de protestas públicas contra las terribles condiciones económicas, como las que estallaron en 2019 debido a las subidas del precio del combustible, y disturbios similares a los que se produjeron tras la muerte de Amini.

Se ha establecido un statu quo incómodo entre el régimen y los manifestantes, pero la situación actual parece inestable, tensa y frágil en muchos sentidos.

Cualquier incidente en las próximas semanas y meses podría romper el equilibrio de poder de un modo u otro. Muchos acontecimientos desconocidos, como la muerte de Amini, pueden "sorprender" a los observadores políticos.

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Mientras tanto, una de las principales incertidumbres para el régimen es quién tomará el relevo del líder supremo, de 84 años.

Alí Jamenei ha dirigido la República Islámica durante más de tres cuartas partes de su tumultuosa vida. Es quien toma las decisiones finales en el país, especialmente en asuntos relacionados con la seguridad y la política exterior.

Debido a la importancia de su papel y su posición, algunos afirman que es difícil creer que Irán y su complejo militar y de seguridad no vayan a cambiar en su ausencia.

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