En los últimos meses se ha disparado la llegada de inmigrantes irregulares, aunque las leyes no han cambiado. Algunos políticos eslovacos creen que el primer ministro húngaro Viktor Orbán beneficia así a su aliado en el país vecino Robert Fico.
PUBLICIDADA través de rutas clandestinas como esta miles de personas han cruzado la frontera entre Hungría y Eslovaquia.
Unos veinte mil inmigrantes irregulares lo han hecho en los últimos meses, según las autoridades locales.
Esperan poder obtener un documento oficial eslovaco y viajar con él hasta Europa occidental.
El hartazgo de los lugareños
"Al principio había una clara voluntad de ayudar por parte de los lugareños, daban comida y bebida, y si necesitaban cualquier otro tipo de ayuda, estaban encantados de proporcionársela", recuerda Viktor Lestyánszky, alcalde de Ipeľské Predmostie. "Pero a medida que se hacía más frecuente y llegaban grupos cada vez más grandes, creo que la gente empezó a preocuparse".
Algunos cruzan nadando el río Ipel, que divide a los dos países. Aunque los que lo hacen a pie lo tienen más fácil.
"El desvencijado puente peatonal que une Ipeľské Predmostie, en Eslovaquia, con las afueras de Drégelypalánk, en Hungría, es uno de los pasos fronterizos más importantes para los inmigrantes", explica el reportero de Euronews Ádám Magyar. "Un paquete de tabaco rojo con letras cirílicas, que probablemente ha viajado con su dueño desde Serbia, demuestra que han estado aquí recientemente".
Una situación que beneficia al aliado de Orbán
Las autoridades eslovacas aseguran que el documento oficial que desean obtener no les concede ningún privilegio especial, pero ellos insisten. Su objetivo es ser detenido tan pronto como llegan a Eslovaquia.
Hemos conocido a un grupo ya bajo custodia policial.
A pesar de que el documento de entrada ha estado disponible durante años, los inmigrantes solo han empezado a venir hace poco. Algunos políticos locales creen que el ministerio del Interior de Hungría ha dado instrucciones a la policía de no cortar el paso a aquellos con rumbo a Eslovaquia.
La policía húngara no ha respondido a nuestra repetida petición de un comentario sobre esta acusación.
Algunos analistas dicen que culpar al Gobierno húngaro suena más a teoría de la conspiración. Pero el aliado en Eslovaquia del primer ministro Viktor Orbán se beneficia de la situación ante las elecciones del sábado.
"El tema en sí es ciertamente bueno para Robert Fico, porque a los partidos liberales o de derechas les resulta difícil abordarlo", comenta el analista Géza Tokár. "En cualquier caso, Eslovaquia nunca ha sido un país de destino de inmigrantes, y el hecho de que aparezca un gran número de inmigrantes o inmigrantes ilegales en Eslovaquia es claramente una situación nueva para las autoridades, que no están preparadas para ello."
Poco después regresamos al mismo pueblo, coincidiendo con la llegada del autobús para los migrantes. Después de registrarlos, agentes y soldados los hicieron subir al vehículo, que los condujo hasta un punto de reunión en un almacén abandonado y muy vigilado. No fuimos autorizados a ir más lejos.