Reporteros sin Fronteras ha declarado que los ataques que a principios de mes alcanzaron a un grupo de periodistas en el sur de Líbano, causando la muerte de uno de ellos, fueron selectivos y no accidentales.
PUBLICIDADUn vehículo en llamas junto a un trípode aún en pie...estas son las imágenes del atentado en el que murió el periodista de Reuters Issam Abdallah, el 13 de octubre en el sur del Líbano. Otros seis periodistas resultaron heridos. Los disparos procedían del lado israelí.
Una investigación de Reporteros sin Fronteras (RSF) demuestra que no fue un accidente:
"El lugar donde se encontraban los periodistas, en Alma al-Shaab, fue blanco explícito no de uno, sino de dos ataques, con una diferencia de 37 a 38 segundos, procedentes del este, en dirección a la frontera israelí... Fue un ataque dirigido al lugar donde se encontraban los periodistas". Fue un ataque dirigido al lugar donde se encontraban los periodistas", explica Jonathan Dagher, el responsable de Oriente Medio en RSF.
Así lo confirman los testimonios de otros periodistas presentes en la zona ese y otros días. Carmen Joukhadar, corresponsal de televisión de Al Jazeera, cuenta lo siguiente:
"Dijimos claramente que fuimos atacados por dos cohetes israelíes en (ese) día. Y esto está muy claro para nosotros. No era la primera vez. El 9 de octubre también fuimos atacados por un cohete israelí".
El ejército israelí emitió un comunicado ese mismo día en el que afirmaba haber disparado contra posiciones de Hezbolá. RSF replica que Israel tiene a la prensa en el punto de mira.
"Atacar a periodistas es un crimen de guerra. No hay justificación para atacar a periodistas que cubren una zona de conflicto", añade Dagher.
Según RSF, al menos 12 periodistas han muerto desde el 7 de octubre, la mayoría en Gaza, cuando se recrudeció la guerra entre Israel y Hamás. El sindicato de prensa palestino contabiliza 33. RSF denuncia "una horrible masacre de periodistas" en la Franja.