Actualmente es muy difícil evaluar la actitud de la población local ante la supuesta supresión de la identidad ucraniana por parte de las autoridades rusas.
Desde que se anexionara ilegalmente las regiones ocupadas de Ucrania, Rusia está erradicando sistemáticamente la identidad ucraniana en todos sus aspectos.
Así al menos lo denuncia la Red de Periodismo de Investigación de la EBU. El ruso es ahora mismo la lengua oficial de toda la administración pública de esos lugares.
De hecho, el Kremlin ha acelerado la expedición de pasaportes rusos, sin los cuales los ciudadanos tienen enormes problemas para acceder a servicios como la sanidad.
Jersón, ya liberada, es un buen ejemplo de este intento de rusificación. "La tarea de los rusos era eliminar la existencia del estado ucraniano aquí en la región de Jersón", cuenta el jefe el Consejo Regional, Alexander Samoilenko. "Y sugerir que los habitantes de "Nueva Rusia", o "los pequeños rusos" como ellos los llamaban, vivían y viven aquí. Y que la gente que vive aquí no tiene nada que ver con el estado ucraniano y la cultura ucraniana".
La educación es un elemento integral del programa de rusificación. En la escuela, las clases se imparten en ruso y la historia se enseña desde una perspectiva patriótica rusa. Los libros de texto ucranianos, simple y llanamente, están prohibidos.
"Básicamente, el libro de texto es una herramienta de propaganda", explica Agnés Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional. "Niega a los niños ucranianos el acceso a su propia cultura, a su propia historia. Y está intentando transformar a esos niños en los ciudadanos modelos en los que Rusia quiere que se conviertan".
Con la comunidad internacional teniendo poco o ningún acceso libre a las regiones ocupadas, es difícil evaluar la verdadera actitud de la población local ante la aparente supresión de la identidad ucraniana. Con todo, el dominio cultural de Rusia es más que evidente.