Unos 2.000 inmigrantes de la caravana que se había disuelto a principios de enero reanudaron el lunes su viaje en el sur de México con la esperanza de llegar a la frontera estadounidense tras acusar al Gobierno mexicano de engañarlos.
Alrededor de 2.000 inmigrantes de la caravana que se había disuelto a principios de enero reanudaron el lunes su viaje en el sur de México con la esperanza de llegar a la frontera estadounidense.
Los migrantes acusaron al Gobierno mexicano de engañarlos al no brindarles los documentos necesarios para poder transitar libremente por el país.
El grupo ha formado parte de una caravana mayor de unas 6.000 personas que partió en Nochebuena desde Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, en vísperas de una reunión de alto nivel entre México y Estados Unidos.
Los diplomáticos estadounidenses quieren que México adopte nuevas medidas para controlar el creciente número de personas que intentan cruzar el país.
Los migrantes se sienten engañados
El 2 de enero, las autoridades disolvieron el grupo cuando los migrantes aceptaron voluntariamente ser trasladados a diferentes centros migratorios para procesar sus casos.
La oficina del Instituto Nacional de Migración (INM) en Chiapas, estado mexicano vecino de Guatemala, no aclaró qué tipo de trámite se realizará, pero sí dijo que no habrá entrega inmediata de visas humanitarias ni documentos migratorios que permitan el tránsito por todo el país, como ocurrió con otras caravanas.
Sin embargo, muchos inmigrantes confiaban en que así sería y que con los nuevos documentos podrían continuar hacia el norte. Al darse cuenta de que sus documentos no les permitían salir del estado de Chiapas, muchos optaron por reagruparse en Arriaga, a 250 kilómetros de Tapachula.