14 universidades holandesas están implementado una serie de medidas que limita el número de extranjeros y favorecer a los estudiantes nacionales.
Holanda es un país muy popular entre los estudiantes extranjeros, 122.000 alumnos extranjeros en 2023, hasta el punto de que en la última década se ha triplicado el número de los mismos en sus universidades llegando a alcanzar una cuota del 15%.
Muchas de sus universidades se centran, casi exclusivamente, en el mercado de trabajo internacional a lo que se suma que casi un tercio de los extranjeros decide vivir y trabajar en los Países Bajos después de graduarse.
Todo ello parece mermar las posibilidades de jóvenes locales que quieren cursar estudios universitarios, con dificultades para encontrar una plaza en la universidad o un puesto de trabajo a posteriori.
En palabras de Jouke de Vries, director interino: "La internacionalización es muy importantepara las universidades de los Países Bajos y para la sociedad, pero también causa cuellos de botella y fricción. Precisamente para mantener los beneficios de la internacionalización queremos trabajar a fondo para solucionar esos cuellos de botella".
Motivaciones económicas frenan el plan
Este tema lleva años sobre la mesa política pero no se había tomado ninguna medida. El problema es claramente económico, cada estudiante extranjero aporta anualmente decenas de miles de euros anuales. La valoración media son unos 17.000 euros por cada alumno extranjero.
La asociación de Universidades de los Países Bajos (UNL) consta de 14 asociados que han decidido seguir manteniendo el holandés como idioma en su sistema educacional, entre sus medidas, que quedan recogidas en su manifiesto.
De momento son medidas que han sido propuestas y no ratificadas por todas las universidades, aunque planean estandarizarlo e implantarlo para el año 2025.