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Llamamiento de líderes religiosos a la paz y la consolidación del mundo en su encuentro en Astaná

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Derechos de autor euronews
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Por Galina PolonskayaEuronews
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Kazajistán, país de gran riqueza étnica, con 18 confesiones religiosas, abrió sus puertas a un diálogo interreligioso global. En septiembre su capital, Astaná, acogió el VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales. Los delegados de más de 50 países abogaron por la paz.

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Kazajistán, país de gran riqueza étnica, con 18 confesiones religiosas, abrió sus puertas a un diálogo interreligioso global. En septiembre su capital, Astaná, acogió el VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales. Los delegados de más de 50 países abogaron por la paz y la consolidación del mundo.

"Los esfuerzos de los líderes mundiales, los esfuerzos de las organizaciones internacionales... no son suficientes para superar los desafíos que afronta la humanidad. La voz de los líderes espirituales que tienen gran autoridad entre la población mundial, una voz que llama a la superación conjunta de todos los desafíos, es muy importante", declara Askar Shakirov, presidente adjunto del Senado de Kazajistán.

El islam, el judaísmo, el cristianismo, el hinduismo... así como otras religiones del mundo, estuvieron representadas en el Congreso.

Este año, el Papa Francisco y el gran imán de al-Azhar, el jeque Ahmed Al-Tayeb, fueron algunos de los invitados más distinguidos.

"La imagen de los líderes de tantas religiones del mundo, sentados juntos en torno a una mesa, es un fuerte mensaje de unidad en la diversidad, para el mundo", afirma Galina Polonskaya, periodista de Euronews.

"El resultado principal es que estamos sentados juntos, estamos hablando y comprendiendo que encontrar soluciones a los problemas en el mundo, no se logra a través del enfrentamiento, mediante la guerra, sino sentándose juntos, reuniéndose y hablando", indica David Baruch Lau, gran rabino askenazí de Israel.

Uno de los objetivos del Congreso fue reintroducir el lenguaje de la reconciliación y la paz en un mundo destruido por los conflictos y las tragedias, y recurrir a la religión como instrumento para ayudar a desactivar los enfrentamientos.

"Es la plataforma perfecta para avanzar, en lugar de un mundo dividido por bloques, que son antagónicos. La civilización quiere construir puentes de entendimiento y respeto. Hoy en día, este entendimiento, estar todos juntos, es más importante que nunca", señala Miguel Ángel Moratinos, Alto Representante de las Naciones Unidas para la Alianza de civilizaciones.

La declaración final del Congreso hace un llamamiento a los líderes mundiales para que abandonen toda retórica agresiva y destructiva que conduce a la desestabilización del mundo, para que cesen los conflictos y el derramamiento de sangre en todos los rincones del planeta. Así, señala que el extremismo, el radicalismo, el terrorismo, y todas las demás formas de violencia no tienen nada que ver con la religión auténtica, y deben ser rechazadas.

"Hay que señalar con pesar que algunos círculos políticos utilizan la religión como medio para conseguir sus objetivos. Además, hoy podemos ver a otras figuras religiosas que llaman a la confrontación y a la guerra. Todo el mundo debería saber esto y debería verlo. Debemos actuar juntos contra ello", sugiere Allahshukur Pashazadeh, Sheij ul-Islam del Cáucaso y presidente de la Oficina de los Musulmanes del Cáucaso.

Los participantes en el Congreso plantaron árboles en el nuevo ‘Parque de la Paz y la Armonía’ instalado en la capital de Kazajistán. Este acto es un símbolo de esperanza para que el diálogo interreligioso crezca y produzca cambios, para unir a diferentes comunidades de todo el mundo, y para inspirar a la gente a unir sus esfuerzos en nombre de la paz.

"Hablamos de la paz global, pero yo diría que esos pasos comienzan a nivel local; empiezan en cada pequeño pueblo donde cristianos y musulmanes, tal vez juntos, tratan de alimentar a los hambrientos. Así que, tenemos un objetivo común, pero ya no observamos nuestras diferencias, sino que reconocemos nuestra preocupación común, por los que luchan o sufren", Jo Bailey Wells, obispa de Dorking y representante especial de la Iglesia anglicana en el Congreso.

Los participantes en el Congreso esperan que su llamamiento al diálogo global, a la reconciliación y a la paz, basado en los valores comunes de la humanidad que comparten todas las religiones del mundo, sea escuchado en todo el planeta.

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