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Nuevas reglas fiscales en UE | Objetivo sanear las finanzas y promover la transición verde y digital

En colaboración con The European Commission
Nuevas reglas fiscales en UE | Objetivo sanear las finanzas y promover la transición verde y digital
Derechos de autor euronews
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Por Fanny Gauret
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La Comisión Europea propone una reducción gradual de la deuda pública, durante 4 o incluso 7 años. La reforma será discutida en el Parlamento Europeo y por los Estados miembros del Consejo, de modo que se puedan desarrollar planes específicos para cada país en 2024.

La Comisión Europea (CE) ha presentado una propuesta de reforma de las reglas fiscales, que, suspendidas durante la pandemia, serán reactivadas y actualizadas.

¿Cuáles son las razones de esta reforma? ¿Y cómo podemos reducir la deuda pública mientras hacemos las inversiones necesarias, principalmente para la transición digital y verde? Hemos estado en Bruselas y en Italia para responder a estas preguntas.

La deuda pública en la Unión Europea (UE) alcanzó un pico del 90 % del PIB en 2020 durante la pandemia, luego disminuyó al 88 % en 2021, y al 84 % en 2022, muy por encima de los límites fijados por la Comisión.

Entonces, ¿cuál es la propuesta de reforma de la Comisión Europea y cuáles son los principales cambios? A continuación nuestro curso intensivo.

Niveles de deuda más sostenibles

Europa tiene como objetivo reescribir sus reglas fiscales sobre el gasto público y los impuestos. Quiere que los niveles de deuda sean más sostenibles.

Muchos países han gastado mucho dinero público en los últimos años, en medidas para amortiguar el impacto de la pandemia de COVID-19, la guerra de Rusia en Ucrania y la crisis energética.

Ahora es el momento de poner en orden las finanzas públicas. Eso significa reducir los déficits públicos por debajo del 3 % del PIB y la deuda pública por debajo del 60 % del PIB, de conformidad con los tratados de la UE.

La propuesta de la Comisión pretende dar a los países de la UE un mayor control sobre cómo cumplen estos objetivos, pero tendrán que ajustar sus presupuestos en un mínimo del 0,5 % del PIB, cada año, hasta llegar al 3 %.

Se espera que 14 países estén fuera del límite del 3 % en 2023, entre ellos Italia, Francia, Rumanía, España y Malta.

Promover las inversiones en las transiciones verde y digital

Las reformas propuestas por la Comisión Europea tienen como objetivo garantizar la solidez de las finanzas públicas y promover las inversiones en las transiciones verde y digital.

Por lo tanto, el objetivo es una reducción gradual de la deuda pública, durante 4 o incluso 7 años, para los países por encima de los límites, con un enfoque específico para cada país. Por otra parte, se aplicarían multas reducidas en caso de incumplimiento de las normas. ¿Por qué la Comisión Europea ha eligido este enfoque? Hemos hablado con el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.

"En general, la dimensión poco realista y la excesiva complejidad llevaron al resultado de que las reglas no se implementaron realmente. Y que la Unión Europea tenga reglas fiscales que solo están en papel no es aceptable", dice Gentiloni.

¿Por qué es el mejor enfoque?

"Cada Estado miembro decidirá su propio camino fiscal durante los próximos cuatro o siete años. Siendo esa su decisión, si se desvía significativamente de su propia decisión, la Comisión puede hacer cumplir estas decisiones y también decidir si la ejecución está claramente justificada".

Algunos países grandes, como Francia o Italia, están bastante por encima de estos límites. ¿Cree que es factible reducir estos números a corto plazo?

"Con un enfoque más gradual, creo que podemos lograr lo que desafortunadamente era imposible de lograr con las reglas existentes. No llegará mañana el famoso 60 %. Creo que deberíamos ser abiertos en esto. Pero si la trayectoria cambia de una trayectoria ascendente a una descendente, será importante para los mercados y para nuestra unión. Pero también tenemos que incentivar el crecimiento para apoyar nuestro sistema, que es un sistema basado en el bienestar, y también para abordar la enorme cantidad de inversiones que se necesitan si somos serios con nuestros discursos sobre la transición verde y digital. Necesitamos un apoyo común a la inversión. Y esta es la lección de la próxima generación de la UE".

El superordenador Leonardo, ejemplo de inversión pública

Un ejemplo de estas inversiones públicas se puede encontrar en Italia, en la ciudad de Bolonia, donde el superordenador Leonardo se está preparando para liberar su considerable poder.

"Leonardo realiza 250 billones de operaciones por segundo. Actualmente, es el cuarto ordenador más potente del mundo", explica Francesco Ubertini, presidente de Cineca.

Leonardo se encuentra en el centro de computación italiano Cineca. Se creó gracias a una financiación conjunta de 240 millones de euros, repartidos entre el Ministerio italiano de Universidades e Investigación y la iniciativa europea público-privada EuroHPC. Próximamente estará disponible para proyectos de investigación e innovación. 

"Los sectores en los que se utilizará Leonardo van desde el pronóstico del tiempo, la lucha contra el cambio climático, hasta la aceleración del desarrollo de nuevos medicamentos y el desarrollo de nuevos productos gemelos digitales en general", señala Ubertini.

Aunque la deuda pública de Italia ya es el doble del umbral de las normas presupuestarias, esta inversión tiene como objetivo impulsar la competitividad de la investigación y la industria italiana y europea. 

"Esta lógica de cofinanciación con los Estados miembros ahora está dando sus frutos porque, en este momento, entre los cuatro ordenadores más potentes del mundo, dos de ellos son europeos. Esta es una novedad absoluta a nivel mundial", asegura Francesco Ubertini, presidente de Cineca.

Leonardo en la industria farmacéutica

En Nápoles, la empresa farmacéutica Dompé, la primera empresa en firmar un acuerdo con Leonardo, espera aprovechar todo su potencial para la identificación de fármacos a través del análisis de una amplia gama de moléculas.

"Estamos hablando de trillones de moléculas, lo que equivale al número de estrellas de una galaxia en unas pocas horas. Esto es fundamental para buscar la molécula que interactúa perfectamente con el objetivo, que luego se vincula con el desarrollo de la patología", explica Andrea Beccari, responsable de Exscalate, Dompé productos farmacéuticos.

La promesa del superordenador es poder simular la interacción de un fármaco con un paciente virtual, pero también predecir las patologías de mayor riesgo, analizando millones de genomas que contienen miles de millones de datos.

"Con la entrada de nuevas tecnologías, la inteligencia artificial, es fundamental mantener el más alto nivel de investigación avanzada posible. Por lo tanto, utilizar superordenadores nos permite lograr competitividad internacional, pese a ser una empresa mediana", cuenta Beccari.

Impulsar la competitividad de Europa

Las inversiones públicas como Leonardo se consideran cruciales para la competitividad de Europa a medio y largo plazo.

De vuelta a Bruselas, el economista Jeromin Zettlemeyer recuerda que la necesidad de transparencia e igualdad de trato en el proceso de reducción de la deuda no debe obstaculizar el apoyo al crecimiento de cada país.

"La idea fundamental detrás de esta reforma es comenzar y observar las circunstancias de cada país. El problema es que quien ejerza la discrecionalidad al mirar esas circunstancias tiene mucho poder del que puede abusar. Y la preocupación de algunos Estados miembros es que la Comisión pueda abusar de ello o de quien tenga influencia política en la Comisión en ese momento. Según la nueva propuesta de la Comisión, existe una llamada salvaguardia que dice que pase lo que pase al final de esos cuatro años, la deuda debe ser menor que al principio. Así que eso descarta un impulso de inversión transitorio. Eso debería ser renegociado. Aparte de eso, creo que la propuesta de la Comisión es coherente", señala Jeromin Zettelmeyer, economista, director de Bruegel.

Planes a la carta

En cualquier caso, la reforma será discutida en el Parlamento Europeo y por los Estados miembros del Consejo, de modo que se puedan desarrollar planes específicos para cada país en 2024.

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