Durante el Festival de Verbier, la música está por todas partes: en las salas de conciertos y en las iglesias, así como en los clubes y las calles, gracias al programa UNLTD, con músicos callejeros y miembros de la Academia de Música de Verbier, semillero de jóvenes talentos.
PUBLICIDADCada verano, desde hace 30 años, Verbier, la famosa estación de esquí de los Alpes del cantón Valais, en Suiza, se convierte en el lugar idóneo para músicos y melómanos de toda Europa, y del mundo entero, que se reúnen para disfrutar de la música clásica, en todas sus formas.
Durante el Festival de Verbier, la música está por todas partes: en las salas de conciertos y en las iglesias, así como en los clubes y las calles, gracias al programa UNLTD, con músicos callejeros y miembros de la Academia de Música de Verbier, semillero de jóvenes talentos y futuros grandes músicos, que constituyen el ADN del festival.
Stephen McHolm es el director, tanto de la Academia de Verbier como del programa UNLTD, que puso en marcha, con éxito, hace siete años.
"Con UNLTD, se trata realmente de un festival dentro del festival, y hemos dicho: ‘Queremos desacralizar la música clásica’, pero queremos festejar la música. El Festival de Verbier no ofrece solamente música clásica. La mayor parte sí es música clásica, la excelencia, pero también contamos con música en las calles", declara Stephen McHolm, director de la Academia de Verbier y de UNLTD.
Hace 10 años se creó la Orquesta Juvenil del Festival de Verbier, que ofrece a jóvenes talentos, que han sido seleccionados, la oportunidad de participar en clases magistrales con algunos de los nombres más importantes de la música. El director musical es el estadounidense James Gaffigan.
"Como director musical, me encargo de las tres semanas de música y preparativos, con ellos. Muchos de estos jóvenes no han tocado en una orquesta, antes. Todos están aprendiendo a tocar juntos, a conocer la cultura de cada uno, sus respectivos instrumentos, su nivel de interpretación... y se juntan para hacer lo mismo, es decir, tener el mismo nivel, tanto para las actuaciones como para los ensayos", afirma James Gaffigan, director de orquesta y director musical de la Orquesta Juvenil del Festival de Verbier.
Durante 30 días, los jóvenes músicos tocan y hablan de música. Su actuación culmina en un concierto en la 'Grande Salle' del Festival, ante 1 500 personas. Un acto que pone fin al festival, el 30 de julio.
Charlotte Malherbe supervisa a los jóvenes prodigios, durante su estancia en el Festival de Verbier.
"Se podría decir que este es el ‘semillero’ de las orquestas del festival. Muchos de los que llegan aquí, tienen entre 15 y 18 años. Vienen, y luego pasan a la Orquesta Sinfónica del Festival. Después, van a la Orquesta de Cámara, así que, es muy bonito, a lo largo de los 10 años del proyecto, verlos evolucionar y pasar de una orquesta a otra", señala Charlotte Malherbe, directora del Festival Junior de Verbier.
En vísperas de la ceremonia de clausura, a finales de julio, el Festival de Verbier logró la proeza de reunir a más de 50 de los mejores solistas del mundo, el mismo día, el 24 de julio, para celebrar de manera apoteósica el 30º aniversario del evento. Entre ellos, estaba el pianista japonés Mao Fujita, de 24 años, y muchos otros prodigios como Evgeny Kissin, que interpretaron varios Preludios de Rachmaninov. La música de Bach también fue protagonista, con un cuarteto de cuerda en el que tocaron los dos hermanos Capuçon. En definitiva, fue un acontecimiento de talla mundial.