La sala se utilizó para almacenar carbón hasta 1955 y después se selló y quedó olvidada durante décadas bajo una trampilla que, a su vez, estaba oculta bajo los muebles.
El 15 de noviembre, los amantes del arte podrán acceder a un espacio oculto durante mucho tiempo en el interior de la Capilla de los Médicis de Florencia, donde algunos expertos atribuyen delicados dibujos a carboncillo esbozados en las paredes al maestro del Renacimiento Miguel Ángel.
La sala secreta fue descubierta durante una operación de limpieza hace casi 50 años, bajo dos capas de yeso, cuando las autoridades buscaban una nueva salida de la Capilla de los Médicis para dar cabida al creciente número de visitantes.
El entonces director del museo, Paolo Dal Poggetto, "creía firmemente que eran de Miguel Ángel", afirma la actual directora, Paola D'Agostino. A partir de entonces se desató un intenso debate que continúa hoy en día.
"Los principales estudiosos de los dibujos de Miguel Ángel rechazaron las atribuciones en el momento del descubrimiento", dijo. "Otros tenían una opinión más moderada, algunos creían que la habitación contenía originales de Miguel Ángel y también bocetos de sus novicios y otros artistas, por lo que el debate continúa".
La sala se utilizó para almacenar carbón hasta 1955 y después fue sellada y olvidada durante décadas bajo una trampilla que, a su vez, quedó oculta bajo los muebles.
La conservadora del Museo Cappelle Medicee, Francesca de Luca, declaró a Euronews: "Estos dibujos son como ejercicios de la mente, del proyecto intelectual del artista, trasladados a las paredes. Algunos de ellos expresan una destreza y una energía en la forma que los hace superiores a otros en términos de calidad".
Según los expertos, Miguel Ángel se escondió en este espacio durante dos meses en 1530, cuando el Papa Clemente VII dictó una orden de ejecución contra él, por su supuesto apoyo a la efímera república que derrocó a la poderosa familia Médicis.
Se supone que pasó este tiempo esbozando diseños para sus proyectos. Se cree que uno de los estudios corresponde a las piernas de Giuliano de Medici, tal y como se ven en el mausoleo de la Sacristía Nueva, cerca de la entrada de la sala secreta.
También se han establecido similitudes entre estos dibujos y sus pinturas del interior de la Capilla Sixtina.
"En cierto modo, también recuerdan a la escena de la creación de Dios, el padre, volando por los aires", afirma Luca.
Durante la mayor parte de los últimos 50 años, el acceso a la sala ha estado restringido.
Los responsables decidieron abrir la sala al público de forma limitada y alternarán la exposición a luces LED con largos periodos de oscuridad para proteger las obras.
Cada semana se permitirá el acceso con reserva previa a un máximo de 100 visitantes, de cuatro en cuatro, que podrán pasar un máximo de 15 minutos dentro del espacio.