A la sombra de la industria petrolera de México, una comunidad pesquera ha desaparecido a causa de la subida del nivel del mar. El océano se traga a El Bosque, debido a las brutales tormentas invernales y a uno de los aumentos del nivel del mar más rápidos del mundo.
PUBLICIDAD"Me iba a dormir escuchando el ruido del mar. Le decía [al mar] ‘sé que te voy a echar de menos porque con ese ruido me enseñaste a quererte’".
Cuando la inundación llegó a la casa de Eglisa Arias Arias, ella le pidió al mar tiempo suficiente para recoger sus cosas, y se lo dio.
"Y así, cuando salí de allí, me despedí del mar. Le di las gracias por el tiempo que estuvo a mi lado".
Arias tuvo que huir de su casa en la localidad costera de El Bosque a principios de noviembre. Fue una de las muchas personas que se trasladaron al Golfo de México en la década de 1980 en busca de trabajo, sobre todo en la pesca.
Ahora quedan menos de una docena de residentes, ya que el océano se traga El Bosque debido a las brutales tormentas invernales y a uno de los aumentos del nivel del mar más rápidos del mundo.
Para 2050, millones de mexicanos más se verán desplazados por el cambio climático, según el Mayors Migration Council, una coalición que investiga la migración interna.
A una tormenta de la destrucción
El Bosque es una masa de montones retorcidos de hormigón donde antes había casas. Obligados a abandonar los hogares que construyeron, los habitantes se han trasladado a propiedades de alquiler, esperando desesperadamente la ayuda del Gobierno.
Guadalupe Cobos es una de las pocas personas que aún viven en el pueblo. La relación de los residentes con el mar es "como un matrimonio tóxico", dice Cobos, observando las olas.
"Te quiero cuando estoy contento, ¿no? Y cuando estoy enfadado te quito todo lo que te di", dice.
Junto con la rápida subida del nivel del agua, las tormentas invernales llamadas "nortes" han desplazado la línea costera más de 500 m desde 2005, según Lilia Gama, investigadora de vulnerabilidad costera de la Universidad Estatal de Tabasco Juárez.
"Antes, si entraba un norte, duraba uno o dos días", explica Gama. "Subía la marea, subía un poco y se iba".
Ahora, alimentadas por el calentamiento del aire que puede retener más humedad, las tormentas invernales permanecen varios días seguidos.
Los científicos locales afirman que una nueva tormenta podría destruir El Bosque para siempre. Aún faltan varios meses para el traslado, frenado por la burocracia y la falta de financiación.
México se dispara en el pie con su industria petrolera
Mientras el sol se pone en la playa, Cobos, conocida como Doña Lupe por sus vecinos, señala una docena de pequeñas estrellas naranjas en el horizonte: plataformas petrolíferas quemando gas.
"Aquí hay dinero", dice, "pero no para nosotros".
Mientras El Bosque se asentaba, la petrolera estatal Pemex se lanzó a la exploración en el Golfo, triplicando la producción de crudo y convirtiendo a México en un importante exportador internacional. El país tiene prevista una nueva refinería en Tabasco, a sólo 80 kilómetros al oeste de El Bosque.
El nivel del mar en el Golfo de México ya está subiendo tres veces más deprisa que la media mundial, según un estudio del que son coautores investigadores del Reino Unido, Nueva Orleans, Florida y California.
Los mexicanos se están quedando atrás
Comunidades costeras de todo el mundo que se enfrentan a batallas similares a cámara lenta con el agua, desde Quebec a Nueva Zelanda, han empezado a batirse en "retirada controlada".
PUBLICIDADSin embargo, la retirada de El Bosque no parece muy controlada. Cuando la familia Xolo huyó de su casa a finales de noviembre, lo hizo en mitad de la noche, con los 10 niños bajo una lona y bajo una lluvia torrencial.
Cuando Associated Press visitó El Bosque durante una tormenta a finales de noviembre, sólo se podía acceder a la comunidad a pie o en moto.
Las nuevas viviendas no estarán listas antes del otoño de 2024, afirma Raúl García, jefe del departamento de desarrollo urbano de Tabasco, quien a su vez afirma que el proceso es demasiado lento.
Mientras los defensores piden leyes específicas de adaptación al clima, el presidente Andrés Manuel López Obrador, nacido justo tierra adentro, ha hecho del desarrollo petrolero una parte clave de su plataforma.
Eso podría cambiar si la exalcaldesa de Ciudad de México y consumada científica Claudia Sheinbaum es elegida presidenta el año que viene. A pesar de ser la protegida de López Obrador, promete el desarrollo de la sostenibilidad en México, una medida que es más urgente que nunca.
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