Una de las mujeres que ha hablado públicamente ha sido Jeanne Ponte, asistente parlamentaria. Ocurrió hace tres años. La joven tenía entonces 27 años y le confió lo ocurrido al diputado para el que trabajaba, Eduard Martin:
“Volvió a la oficina, estaba pálida y muy enfadada, así que le pregunté que qué le pasaba. Me dijo que un diputado la había cortado el paso y la había puesto contra la pared. Le había dicho que era muy guapa y que quería saber su nombre, quién era y quería invitarla a una copa. Me dijo que no era la primera vez”.
Durante tres años Ponte ha recogido testimonios de ochenta mujeres. La mayoría son de comportamientos machistas e inapropiados, pero también hay casos de acoso. Según explica, muchas no hablan por temor a perder sus empleos.
“Tenemos que entender que algunas mujeres tienen un contrato de trabajo y están lidiando con el acoso o la agresión sexual. No es fácil plantarse y decir que necesitas hablar. Precisamos crear un espacio integrado para que estas mujeres o estos hombres puedan expresarse”, decía Jeanne Ponte.
El Parlamento Europeo ha aprobado este jueves una resolución no vinculante para que se examinen con “urgencia y exhaustivamente” los casos de acoso dentro de la institución y que se realice un registro confidencial de todos ellos.