Tehrán ha pedido un intercambio de prisioneros para que pueda ser liberado.
PUBLICIDADHace casi un año que el cooperante humanitario belga Olivier Vandecasteele está encarcelado en Irán tras ser acusado de espionaje por el estado. El belga ha sido recientemente condenado a 40 años de prisión y 74 latigazos tras un rápido juicio de 15 minutos por videollamada, aunque las demandas de Irán para un intercambio de prisioneros habían alimentado la esperanza de regresar a Bélgica. Ahora una negativa de la justicia belga pone su liberación en riesgo.
Teherán quería intercambiar a Olivier por un diplomático iraní llamado Assadollah Assadi, condenado a 20 años de prisión en Bélgica por intentar atentar contra la oposición iraní. Pero un tribunal belga ha suspendido el conocido como tratado de transferencia, ya que cree que en Irán Assadi podría escapar de su condena. El Tribunal Supremo de Bélgica debe decidir si el intercambio puede seguir adelante antes del 5 de marzo.
Amnistía Internacional, que ha estado pidiendo la liberación del cooperante belga, cree que el gobierno de Bélgica debería estar trabajando ya en otras soluciones en caso de que fracase el canje de prisioneros. "Es extremadamente importante encontrar otras soluciones", ha pedido Philippe Hensmans, director de la sección belga francófona de Amnistía Internacional.
Hensmans ha apuntado que es "peligroso" que el gobierno fíe todas sus cartas al intercambio de prisioneros, especialmente en el caso que el Tribunal Supremo mantenga su negativa. "Espero que haya discusiones diplomáticas pero que el gobierno belga esté buscando otras soluciones para conseguir su liberación", ha asegurado Hensmans.
A principios de este mes, el ministro de Justicia belga, Vincent Van Quickenborne, dijo que el gobierno haría todo lo posible dentro de los límites de la Constitución para liberar a Olivier.
La familia mantiene la esperanza
El impulso de la familia y amigos de Vandecasteele ha mantenido vivo el caso en Bélgica. Pero uno de sus mejores amigos advierte que las fuerzas del cooperante se están agotando. "La comida es muy mala y ya ha perdido 25kg", ha asegurado Olivier Van Steirtegem. El encarcelamiento le ha acarreado "problemas gástricos, mentales y dentales" y ha provocado que pierda las uñas de los pies. Pero también ha tenido efecto en su salud mental, Vandecasteele sufre por el aislamiento en el que vive ya que "no puede salir de su celda" y está "desesperado".
Van Steirtegem cree que parte del deterioro es culpa de sus captores. "La gente que lo tiene le dice que nadie piensa en él", ha explicado el amigo del cooperante. "Tu embajada no quiere verte, Tu familia no está pensando en ti. Y eso obviamente pesa en su cabeza", ha lamentado Van Steirtegem.
Bélgica no es el único país enzarzado en una batalla de diplomacia de rehenes con Irán. El domingo se celebró en París una manifestación para pedir la liberación de siete ciudadanos franceses recluidos en cárceles iraníes por cargos falsos, entre ellos espionaje.
Teherán utiliza cada vez más esta táctica contra los países occidentales. Por eso Amnistía Internacional quiere que los países que sufren el mismo problema empiecen a trabajar juntos para poner fin a la práctica de la diplomacia de rehenes.