La red de fondos destinados a la externalización en la gestión de los flujos migratorios es cada vez más amplia.
PUBLICIDADLa política de externalización de la UE en la gestión de los flujos migratorios hace cada vez más difícil seguir el rastro del dinero, como demuestra el memorando de entendimiento que la Comisión Europea está a punto de firmar con el Gobierno tunecino.
El acuerdo incluye un paquete financiero de 105 millones de euros para la gestión de fronteras, operaciones de búsqueda y rescate, actividades contra el contrabando y retorno de migrantes.
Este tipo de cooperación no es nueva y de hecho fue respaldada por los líderes de la UE, que en la cumbre de la semana pasada "subrayaron la importancia de reforzar y desarrollar asociaciones estratégicas similares".
Pero, ¿a quién y cuánto paga la UE para frenar los flujos migratorios?
Además de los 6.000 millones de euros destinados a Turquía desde 2016, hay 60 millones para un nuevo paquete migratorio para los Balcanes Occidentales, 120 millones para Egipto y 152 millones para Marruecos.
Pero no solo los países vecinos reciben dinero. Nigeria, por ejemplo, recibió 28,4 millones de euros como "apoyo al gobierno de la migración", Bangladesh 55 millones y Pakistán 59 millones para diferentes programas, incluida la reintegración de sus nacionales devueltos desde Europa.
En realidad es muy difícil tener una visión de conjunto de todo el dinero gastado por la UE, según Sergio Carrera, investigador principal del CEPS, que también criticó la falta de transparencia.
"Existe un panorama amplio, fragmentado e hipercomplejo de fondos que la UE pone en práctica para financiar las prioridades relacionadas con la gestión de la migración", declaró Carrera a Euronews.
"Tenemos el AMIF (Fondo de Asilo y Migración), que es un fondo de Asuntos de Interior, pero también tenemos fondos de vecindad y desarrollo. El panorama hace fundamentalmente imposible que nadie entienda realmente qué financia la UE y dónde.
"Y lo más preocupante son las repercusiones que esos fondos tienen en los derechos humanos, el Estado de derecho y la democracia", añadió.
Libia es una de las situaciones más preocupantes. La UE puso en marcha su misión de Apoyo a la Gestión Integrada de Fronteras y Migración en Libia (SIBMMIL) en 2017. Su valor asciende a 59 millones de euros e incluye la entrega de nueve buques para operaciones de búsqueda y rescate y la formación de más de 100 miembros de la Guardia Costera libia, un cuerpo acusado de violaciones de los derechos humanos por varias asociaciones y una misión de investigación de la ONU.
"El informe de la misión de investigación de la ONU de mayo fue muy, muy claro", declaró a Euronews la eurodiputada holandesa de Los Verdes Tineke Strik.
"La guardia costera libia y otras entidades estatales financiadas por la UE están profundamente implicadas en crímenes contra la humanidad. Están implicados en el contrabando, el tráfico y la esclavitud. Mantienen detenidas a las personas. Las torturan para obligar a sus familiares a pagarles.
Los utilizan para chantajear a sus familiares y obtienen enormes beneficios del contrabando, y éstas son las entidades que suelen estar financiadas por la UE". Así que la ONU concluyó que la UE, con su financiación, contribuye a crímenes contra la humanidad", dijo también Strik.
Dentro de su "asociación operativa contra el contrabando", la Comisión Europea prometió 40 millones de euros para luchar contra las redes criminales en el norte de África, pero tendrá que controlar cuidadosamente a los receptores de este dinero.