Por Ryan Woo y Ellen Zhang
PEKÍN, 24 oct - La economía china repuntó a un ritmo más rápido de lo previsto en el tercer trimestre, pero una reactivación más robusta en el largo plazo se verá dificultada por las persistentes restricciones por el COVID-19, la prolongada caída del sector inmobiliario y los riesgos de recesión mundial.
Ayudada por una serie de medidas gubernamentales, la segunda economía mundial se expandió un 3,9% en julio-septiembre respecto del mismo período del año anterior, mostraron datos oficiales el lunes, superando el ritmo del 3,4% previsto en una encuesta de Reuters y más rápido que el crecimiento del 0,4% del segundo trimestre.
Sin embargo, la demanda interna bajó al final del trimestre, ya que el recrudecimiento de los casos de coronavirus provocó confinamientos, mientras que el crecimiento de las exportaciones se ralentizó y el sector inmobiliario se enfrió aún más, lo que apunta a una recuperación difícil.
Para empañar aún más las perspectivas, China parece dispuesta a continuar con sus políticas ultrarrestrictivas por el COVID, respaldadas por el Partido Comunista en el poder, que el domingo concluyó la remodelación de su cúpula directiva, con Xi Jinping asegurando un tercer mandato al frente de la misma.
La nueva alineación del máximo órgano de Gobierno chino ha elevado el temor entre los inversores a que el presidente Xi redoble las políticas impulsadas por la ideología a costa del crecimiento económico.
"No hay perspectivas de que China levante su política de cero COVID en un futuro próximo, y no esperamos ninguna relajación significativa antes de 2024", dijo Julian Evans-Pritchard, economista senior de China en Capital Economics.
"Por lo tanto, las interrupciones recurrentes de los virus seguirán pesando en la actividad en persona y no se pueden descartar nuevos confinamientos a gran escala".
Las acciones de Hong Kong cayeron a mínimos de 13 años y el yuan bajó a su nivel más débil en 15 años por la preocupación por la economía.
El consumo final representó 2,1 puntos porcentuales del 3,9% de crecimiento del PIB, mientras que la formación de capital, o inversión, y las exportaciones netas representaron 0,8 y 1,1 puntos porcentuales, respectivamente.
En los nueve meses hasta septiembre, el consumo urbano per cápita ajustado a la inflación cayó un 0,2% en el año.
La publicación de los datos estaba prevista inicialmente para el 18 de octubre, pero se retrasó en el marco del Congreso del Partido Comunista de la semana pasada.
En términos trimestrales, el PIB aumentó un 3,9%, frente a una caída revisada del 2,7% en el periodo abril-junio y un aumento esperado del 3,5%.
La economía se vio favorecida por el sector manufacturero. Otros datos mostraron que la producción industrial en septiembre aumentó un 6,3% respecto del año anterior, superando las expectativas de un aumento del 4,5% y del 4,2% en agosto.
Aparte de los riesgos internos, la economía china se verá presionada en el exterior por la crisis de Ucrania y una desaceleración mundial debida a las subidas de las tasas de interés para frenar la inflación.
Un sondeo de Reuters prevé que el crecimiento de China se ralentizará hasta el 3,2% en 2022, bajo el objetivo oficial de alrededor del 5,5%, lo que supone uno de los peores resultados en casi medio siglo.
En septiembre, las exportaciones crecieron un 5,7% respecto del año anterior, superando las expectativas, pero a un ritmo más lento desde abril. Las importaciones aumentaron un débil 0,3%, por debajo de las estimaciones de crecimiento del 1,0%.
Las ventas del comercio minorista crecieron un 2,5%, por debajo de las previsiones de un aumento del 3,3% y a un ritmo menor que el 5,4% de agosto, lo que pone de manifiesto que la demanda interna sigue siendo frágil.
En septiembre, la tasa de desempleo urbano encuestado subió al 5,5%, la más alta desde junio, y la tasa de desempleo de los solicitantes de empleo de entre 16 y 24 años se situó en el 17,9%.