PUBLICIDADMás transparencia para los mercados y más protección para los inversores. Estos son los dos objetivos de nueva directiva europea sobre mercados financieros que ha entrado en vigor este miércoles 3 de enero.
Los expertos piensan que su eficacia dependerá de su aplicación. “Tiene herramientas poderosas. La pregunta es si los reguladores las usarán, si serán capaces de actuar contundementemente contra los actores irresponsables de los mercados financieros”, explica Marc-Olivier Herman, del departamento de Justicia Económica de Oxfam.
El sector bancario se dice, por su parte, dispuesto a cooperar a pesar de las nuevas obligaciones que implica. “Los bancos han invertido mucho para cumplir con la nueva normativa. Han introducido cambios en su sistema informático, han formado a sus empleados, han cambiado sus productos. Por lo tanto, implica un coste importante. Pero el objetivo es proteger a los clientes y a los inversores. Y eso es algo que apoyamos”, afirma Isabelle Marchand, de la organización belga FEBELFIN.
Sin ser una revolución, la nueva directiva conocida como Mifid II implica cambios importantes. Por de pronto, cada inversor deberá completar un test de idoneidad para determinar su perfil de riesgo. Y las entidades deberán informar a los clientes en detalle sobre los productos financieros que ofertan.
La directiva ha tardado siete años en gestarse y España ha esperado hasta el último minuto para transponerla, aunque todavía quedan elementos importantes por adaptar.