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¿Un efecto mariposa climático? Los cambios de temperatura del Pacífico se sienten en todo el mundo

¿Un efecto mariposa climático? Los cambios de temperatura del Pacífico se sienten en todo el mundo
Derechos de autor  Getty Images

Con un mejor entendimiento sobre el fenómeno de El Niño/La Niña y mejores pronósticos estacionales, los sectores económicos podrán tomar decisiones más acertadas para adaptarse a las fluctuaciones que sufrirán sus actividades en el futuro.

Las temperaturas de este verano se han situado 0,6 °C por debajo de la media. En agosto de 2020, la información proveniente de la parte este del Pacífico central mostraba a los científicos que las aguas seguían estando más frías de lo normal.

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«Se ha puesto en marcha el fenómeno de La Niña», confirmaba en octubre la Organización Meteorológica Mundial (OMM): las condiciones atmosféricas y oceánicas revelaban que había un 90 % de posibilidades de que La Niña durase hasta principios de 2021, así que se procedió a informar a autoridades, empresas y científicos de varios continentes.

¿Pero cómo nos pueden afectar a nosotros los cambios que se dan en estas aguas remotas? ¿Y cómo nos hemos preparado para enfrentarnos a ellos?

Los expertos afirman que La Niña de este año tendrá una intensidad de moderada a fuerte. Como resultado, los expertos de la OMM esperan que gran parte de África oriental, la parte meridional de América del Sur y Asia central registren menos lluvia este invierno, lo que aumentará la probabilidad de sequías. El sudeste asiático, partes de Australia, la zona septentrional de América del Sur y Estados Unidos podrían tener que enfrentarse a gran cantidad de lluvia y posibles inundaciones. En Europa, «es probable que la parte final del invierno sea más cálida y húmeda», afirma el Dr. Steve Hardiman, científico sénior de investigación de la Met Office del Reino Unido.

Algunos de estos efectos ya se han dejado sentir: según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, La Niña ha contribuido a hacer que la temporada de huracanes de este año sea extremadamente activa y que incluya el mayor número de tormentas con nombre propio de la historia.

Pero primero, añadamos un poco de contexto.

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Lo que los científicos saben sobre este fenómeno

El Pacífico oriental es normalmente más frío que el occidental. La Niña aparece cada pocos años, cuando hay cambios de temperatura en el Pacífico superior que cambian el flujo del viento y hacen que las condiciones normales se disparen. Aguas más frías de lo normal en América del Sur hacen que llueva menos en esta región. El Niño actúa a la inversa y provoca el efecto contrario en la zona, lo que lleva a que aumenten las precipitaciones. Juntos forman parte del fenómeno conocido como El Niño/Oscilación del Sur (ENOS).

«ENOS es un sistema en que el océano y la atmósfera trabajan en conjunto», explica el Dr. Felipe Costa, científico climático del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN) con sede en Ecuador. «La temperatura superficial del mar es una variable que sirve para monitorizar un posible fenómeno de El Niño o La Niña», añade, y aclara que una señal de esto es un cambio de temperatura de más de 0,5 °C. Si las temperaturas disminuyen más de esos 0,5 °C, La Niña podría estar a la vuelta de la esquina. «Pero también hay que analizar el nivel del mar, la presión atmosférica, los vientos, etc. Para monitorizar un evento ENOS necesitamos comprobar si el océano y la atmósfera se enfrían o calientan en conjunto», añade el Dr. Costa.

Según el Dr. Tim Stockdale, experto de pronósticos estacionales del ECMWF, en lo referente al comportamiento del clima lo que más puede cambiar de un año para otro es un evento ENOS. Desde comienzos de la década de 1990, los científicos han desplegado en el Pacífico un número creciente de instrumentos que pueden ofrecer información sobre los cambios en el agua y en el aire; hoy en día, la tecnología permite que se hagan mediciones submarinas hasta a 2000 metros de profundidad. «Los eventos ENOS son la parte que mejor podemos predecir y es el punto de partida para todo lo demás. Una vez supo que podía predecir en buena medida los eventos ENOS, la comunidad científica se animó a poner en marcha sistemas de pronóstico estacional», afirma el Dr. Stockdale.

«Los eventos ENOS son una piedra angular de los pronósticos estacionales y ayudan en gran medida a predecir lo que ocurrirá en los meses siguientes», dice el profesor Adam Scaife, director de predicciones a largo plazo de la Met Office. Teniendo en cuenta el efecto dominó que ejerce La Niña sobre los regímenes de lluvias de todo el mundo —lo que los expertos llaman «teleconexiones climáticas»—, predecir con mucha antelación cuándo y dónde se dará este fenómeno es una herramienta esencial para ayudar a países y empresas a prepararse para la posibilidad de eventos extremos. «Nuestra capacidad para predecir los efectos remotos de los eventos ENOS ha mejorado mucho en los últimos años», dice el Dr. Scaife. «Hemos llegado a un punto en el que los mejores sistemas de pronóstico incluyen modelos oceánicos y de las capas bajas de la atmósfera. Por ejemplo, ahora sabemos que la estratosfera [la capa de aire que se encuentra sobre la que nos rodea] juega un importante papel en los efectos de ENOS sobre la parte atlántica de Europa, como se vio en 2009/2010, cuando intensificó y prolongó un duro invierno».

La información climática ofrece predicciones más precisas a la industria y las empresas

A diferencia del pronóstico del tiempo, las predicciones estacionales no nos informan de si debemos ponernos un impermeable mañana, pero son importantes para tomar otro tipo de decisiones. «Los pronósticos estacionales no tratan de predecir las condiciones exactas en un lugar determinado, sino los efectos de los influjos a gran escala», dice la Dra. Anca Brookshaw, experta en predicción estacional y climática del Servicio de Cambio Climático de Copérnico (C3S, por sus siglas en inglés). Desde finales de 2016, C3S ha ofrecido pronósticos estacionales usando información de un creciente número de centros climáticos internacionales.

© Copernicus

C3S integra pronósticos estacionales de estos centros y ofrece datos y predicciones fáciles de usar tanto a los expertos como al público en general. «C3S ha contribuido a hacer que la información climática sea gratuita y accesible. Los requisitos para el suministro de información que ha puesto en marcha C3S, junto con la infraestructura de su Climate Data Store, mejoran la experiencia de usuario y han conseguido que los datos de los pronósticos estacionales sean más homogéneos y se puedan comparar y combinar más fácilmente. En C3S, también convertimos los pronósticos estacionales en predicciones que son relevantes para los sectores de la energía, el transporte y los seguros, entre otros».

Los pronósticos de los próximos seis meses están sometidos a fechas de vencimiento concretas. «Contamos con una planificación muy precisa», dice la Dra. Brookshaw. «Para que los pronósticos sean útiles y parte integral del proceso de toma de decisiones, tienen que llegar en fechas precisas y predecibles. Y, por supuesto, cuanto antes estén disponibles, mucho mejor, porque esto permite alertar más rápido de posibles condiciones climáticas anómalas».

Según la consultora Gro Intelligence, el aumento de lluvias que se pronostica para Australia a causa de La Niña favorecerá la producción de trigo, que podría aumentar en un 90 % en comparación con el año pasado. Esta podría convertirse en la tercera mayor cosecha de trigo de Australia tras las de los años 2016/2017 y 2011/2012, que también se vieron afectadas por La Niña.

Los pronósticos estacionales son vitales para la adaptación

«Agricultores, pescadores y políticos usan esta información para hacer mejores planes», dice Felipe Costa. «Se sabe que La Niña mejora las capturas en algunas zonas de pesca de Perú y Chile, pero puede reducir la productividad de la agricultura de algunas regiones a causa de la disminución de las lluvias».

Según el Dr. Weston Anderson, climatólogo especializado en agricultura del Research Institute for Climate and Society (IRI), el rendimiento agrícola es solo uno de los aspectos de la seguridad alimentaria. «Las regiones con inseguridad alimentaria crónica y otras que ya están bajo presión son las zonas donde los eventos ENOS afectan a la seguridad alimentaria en mayor medida. Por ejemplo, sabemos que las sequías que lleva La Niña hasta el Cuerno de África se han solapado en el pasado con conflictos violentos y crisis políticas, lo que ha traído consigo inseguridad alimentaria severa que se convirtió en hambruna en 2011». Como nota más positiva, el Dr. Anderson añade: «Aunque las sequías causan malas cosechas, no tienen por qué convertirse en crisis si actuamos rápido».

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© Getty Images

Todavía hay algunas preguntas por responder sobre cómo podrían interactuar los efectos del cambio climático con los eventos ENOS y la variabilidad climática natural. Hoy en día, los científicos siguen teniendo dificultades para separar esas variables. En CIIFEN, Felipe Costa dice que algunos escenarios de cambio climático apuntan a que está aumentando la temperatura en la parte superior del océano, lo que podría hacer que El Niño se dé con más frecuencia en el Pacífico oriental. Desde la Met Office, Steve Hardiman afirma que los modelos climáticos IPCC predicen que las lluvias tendrán una creciente variabilidad en la zona de los trópicos del Pacífico. Esto podría ayudar a los expertos a elaborar pronósticos más precisos para Europa. «Esta variabilidad más acusada que se relaciona con ENOS parece reforzar el vínculo entre estos eventos ENOS y la climatología invernal de Europa, lo que puede traer consigo una mejor previsibilidad estacional para los inviernos europeos del futuro».

Queda trabajo por hacer para calcular los efectos remotos de los eventos ENOS. «Los diferentes eventos de El Niño y La Niña muestran ligeras diferencias en sus patrones y su intensidad», dice el Dr. Scaife. «Esto influye en sus impactos remotos y, ahora que sabemos pronosticar mejor los diferentes tipos de eventos ENOS, la próxima generación de sistemas de pronóstico también deberá predecir correctamente estos aspectos más sutiles».