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Eric Charamel, guía de montaña: "Con el aumento de temperaturas y los deshielos las montañas se vuelven más peligrosas"

Eric Charamel, guía de montaña: "Con el aumento de temperaturas y los deshielos las montañas se vuelven más peligrosas"
Derechos de autor 
Por Euronews
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Estamaos junto al glaciar de la Grande Motte. El glaciar, propiamente dicho, se encuentra a partir de la parte blanca, ahí arriba, donde estan los remonte automáticos. Es lo que llamamos la “lengua” del glaciar, que ha evolucionado mucho durante los últimos 30 ó incluso 40 años. Antes se podía bajar esquiando prácticamente toda la “lengua” sin ningún problema. En la parte a la derecha, donde se ven ahora las rocas que brillan, antas había una pista de esquí de entrenamiento.

El glaciar de la Grande Motte ha sufrido, al igual que otros glaciares de los Alpes, un decrecimiento importante desde hace un siglo.

Globalmente se cree que durante los últimos 10 años ha perdido aproximadamente entre 70 y 80 centímetros de espesor de hielo cada año.

Además se trata de un fenómeno que se ha estado acelerando durante los últimos años.

Durante el último cuarto de siglo, la modificación en cuanto a la nieve estaba más o menos en torno a los 50 centímetros anuales, y en los últimos diez años el cambió está en torno a los 70 centímetros al año.

Hemos podido constatar cambios drásticos en cuanto al viento. Teníamos vientos dominantes de norte-noroeste que traían cantidades de nieve importantes y también lluvias bastante importantes y duraderas.

Ahora, desde hace unos años, la tendencia es más bien de sur-sudeste, con vientos un poco más húmedos y nieves más húmedas.

Además, un aspecto importante es que las nieves que vienen del sur están por lo general cargadas de partículas de arena, por lo que tenemos nieve menos blanca que como consecuencia capta algo mejor la luz solar y por ello se funde más rápidamente.

Eso se traduce en consecuencias para todo lo relacionado con el esqui, como los monitores, los fabricantes de material etc. Con inviernos más cortos y con menos nieve, el consumo cambia.

Para los guías es incluso a veces mucho más dramático, porque necesitamos una montaña en condiciones, segura, y vemos que con el aumento de la temperatura global, se dan fenómenos como el permafrost, es decir, zonas que están permanentemente congeladas, en la parte alta. También hay glaciares cada vez más pequeños y aumenta la inestabilidad de las rocas, con los posibles desprendimientos de piedras. Ese es el tipo de peligros al que nos enfrentamos.

Sin embargo, la tragedia para unos trae la felicidad para otros, y vemos como poco a poco las zonas que se han quedado sin nieve están empezando a contar con vegetación.

Los glaciares están cada vez más arriba, al igual que la nieve, por lo que al mismo tiempo aumenta la vegetación. Al principio se trata de plantas crasas es decir, de tallo gordo para almacenar líquidos, como las edelweïss, y después de plantas más robustas, de herbáceos.

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