Hollande y Merkel: una pareja en plena crisis

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Por Euronews
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Empezaron con buen pie, hace un año, tras la elección del presidente francés François Hollande. Pero la economía ha abierto aún más la brecha que separa al eje franco alemán. Junto con la canciller alemana Angela Merkel, Hollande asistía este jueves a la celebración del 150 aniversario del partido socialdemócrata alemán, hoy en la oposición.

Hollande rechaza la política de austeridad y aplaza su calendario de reformas a pesar de la insistencia de Berlín

La publicación de un proyecto de texto del Partido Socialista francés a finales de abril no hizo más que empeorar las cosas. En él, se hablaba de que la canciller de la austeridad sólo piensa en los ahorros de los alemanes y en su futuro electoral.

Tanto la derecha francesa como los conservadores alemanes respondieron aludiendo al fracaso del presidente, incapaz de gestionar una crisis sin precedentes.

Dicen los analistas que ambos líderes intentan mantener el tipo, por su propio interés. Merkel está en plena campaña electoral y Hollande lucha contra su creciente impopularidad, dirigiendo un país en recesión.

La semana que viene recibirá a Merkel en París.

El periodista de euronews Rudolf Herbert habla con Jan Techau, Director para Europa de la Fundación Carnegie.

Rudolf Herbert, euronews: François Hollande ha propuesto recientemente un gobierno económico para los países del euro y se refería al eje franco – alemán como indispensable. ¿Son sólo palabras?

Jan Techau, Director para Europa de la Fundación Carnegie: Creo que en realidad François Hollande quiere poner de manifiesto la necesidad de volver al debate sobre Europa. Un debate que durante mucho tiempo ha girado exclusivamente en torno a la crisis y se le ha acusado de que no tiene nada decisivo con lo que contribuir. Ahora quiere darle la vuelta al asunto, quiere tomar el mando, quiere volver a poner a Francia en la escena como un motor de integración.

euronews: Alemania acusa a Francia de ser reticente con las reformas mientras París acusa a Berlín de insistir en sus políticas de austeridad. ¿Será posible en algún momento que los dos países se pongan de acuerdo en estas cuestiones?

JT: Ha habido un acercamiento parcial, Alemania ha aceptado ampliar el tiempo para reforzar el programa de austeridad, en el que los presupuestos deberían volver al equilibrio. Pero las dos posturas económicas fundamentales de Francia y Alemania son mucho más antiguas que la crisis. Hay un choque entre las dos culturas, que siempre ha sido parte de esta relación. Y la crisis la ha empeorado: los alemanes son bastante liberales, bastante inclinados a la reducción de salarios y a una menor implicación del Estado, mientras Francia le da más importancia. El espíritu emprendedor, las pymes, en realidad son menos importantes desde el punto de vista francés.

euronews: ¿Es esta la causa, digamos de la tensión franco – alemana?

JT: El quid de la cuestión es que Alemania empezó hace diez años a hacer los deberes. Este paso Francia no lo ha dado no sólo en los últimos veinte años sino en los últimos treinta. Y es algo que ya no funciona. No lo permiten los mercados, ni la globalización, ni la deuda francesa. Otro punto importante es el hecho de que Alemania haya hecho una reforma de su propio sistema político, mientras parece que en Francia la clase política y el sistema están tan incrustados que hacen falta poderes casi sobrehumanos para llevar a cabo las reformas.

euronews: Europa, a largo plazo, ¿saldría perjudicada si no hay acuerdo?

JT: Un desacuerdo a largo plazo no es válido para Europa. En cualquier caso, no hay que olvidar que en la historia de la integración europea los desacuerdos sobre asuntos fundamentales son completamente normales, siempre han sido normales. Es mejor tener más controversia y conseguir algo sólido al final que conseguir algo rápido que tenga que reformarse cinco u ocho años más tarde.

euronews: Parece que en otoño la canciller Angela Merkel podría ser reelegida por tercera vez. Si es así, ¿qué ocurrirá con el eje franco – alemán?

JT: Creo que el lado francés de la relación franco – alemana es mucho más importante que el alemán. Incluso si cambiase el gobierno en Alemania y tuviéramos un canciller social demócrata, que parece poco probable ahora, pero que no es totalmente imposible, la política alemana no cambiaría sustancialmente. Es más importante que Francia tenga sus reformas internas bajo control y encuentre una dirección económica más realista. Esto afectará inmediatamente y de forma fundamental a la relación franco – alemana. Es el verdadero escollo.

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