Las municipales en Rumanía tienen este año nombre de mujer.
PUBLICIDADLas municipales en Rumanía tienen este año nombre de mujer. Por primera vez en la historia, habrá una alcaldesa en Bucarest, pero además, otra mujer, Clothilde Armand ha quedado segunda en el sector 1 de la capital. La empresaria de 42 años, francesa, consiguió la nacionalidad rumana en diciembre, tras 20 años en el país.
Ahora está decidida a acabar con la corrupción, endémica en Rumanía, de la mano de su nuevo partido independiente.
Clothilde Armand:
“Hemos demostrado que es posible luchar, y que la implicación de cada uno marca la diferencia. Cuando nos lanzamos a esta aventura, acabábamos de crear el partido, fue en diciembre de 2015. Hace meses todos nos decían: “Sóis, una especie de Don Quijote luchando contra los molinos de viento. El sistema es demasiado poderoso, no lo vais a conseguir”. Y nosotros demostramos que con muy pocos medios se pueden cambiar las cosas, que no hay que resignarse, la política no es un dominio reservado únicamente al sistema, no es un coto privado de quienes han decidido tomar como rehén al país. No, la democracia puede jugar en nuestro favor, podemos creer en la democracia.”
Durante sus estudios de ingeniería en Estados Unidos, Clothilde Armand conoció a su futuro marido, rumano de nacimiento. Tras instalarse en Bucarest, se encargaba de dirigir las filiales rumana y búlgara de una empresa de ingenieria francesa. Hasta que en diciembre decidió lanzarse al ruedo político de la mano de su partido “Salvad Bucarest”, una formación independiente sin color político y sin notoriedad.
Clothilde Armand:
“Comencé personalmente la campaña seis semanas antes de la fecha límite. Seis semanas es muy poco tiempo para darse a conocer, sabiendo que las televisiones no nos han ayudado mucho, ya que muchas forman parte del sistema. No nos dejaron espacio publicitario, teníamos unos medios de comunicación extremadamente limitados y llegar a una parte de la población en esas circunstancias ha sido extremadamente difícil, por lo que nos centramos en las redes sociales y en la calle.”
Con su mochila cargada de propaganda electoral, y con un rumano aún rudimentario, durante semanas y semanas Clothilde Armand recorrió las calles para convencer a la gente de que otro sistema es posible, que la corrupción no es una fatalidad en un país en el que 6 de 7 alcaldes elegidos en 2012 han tenido problemas con la justicia.
Clothilde Armand:
“Si hubiese estado conmigo cuando hacía campaña en la calle, habría visto las reacciones de la gente. Los ciudadanos han perdido toda estima por el poder político que no tiene ningún sentido del honor, que se vuelve a postular sin presentar ninguna alternativa cuando han estado robando sin escrúpulos. “Son problemillas con la justicia”, dice la clase política. Todos los abusos que han cometido, que han llegado incluso a matar a gente, porque la corrupción mata, y hay que decirlo muy claro, todo los abusos que han cometido en el pasado son para ellos “problemillas con la justicia”, y eso es lo que es escandaloso. La gente no se ha cansado de la política, se ha levantado contra el sistema. Las cosas en Rumanía se ven de manera mucho más clara, es decir, se ve que la corrupción acaba con vidas humanas. En Europa las cosas son un poco diferentes porque la acción de la clase política no mata a personas directamente, pero mata la identidad de los pueblos. La clase política ha dado la espalda a los pueblos europeos por intereses diversos y variados: las multinacionales, sus propios intereses…han sacrificado la identidad de Europa, han dejado que valores tradicionales como el trabajo ya no sean reconocidos como valores, y por eso la clase política se ha separado de la verdadera voluntad de los pueblos. Les guían intereses mezquinos y los tiempos políticos en lugar de por verdaderas perspectivas a largo plazo para nuestros países, y por eso han perdido la credibilidad.”
Su despegue en las municipales ha tenido un eco que se amplifica por momentos en las redes sociales, donde se habla de ella como la posible futura jefa del Gobierno.