Numerosos líderes europeos se han apresurado a felicitar al primer ministro holandés, Mark Rutte, por su victoria sobre el Partido de la Libertad.
Numerosos líderes europeos se han apresurado a felicitar al primer ministro holandés, Mark Rutte, por su victoria sobre el Partido de la Libertad. Una de las propuestas de esta formación populista y xenófoba era sacar a Holanda de la Unión Europea. Bruselas constata con satisfacción que la primera pieza del temido efecto dominó sigue en pie:
- “No han ganado en Holanda”, comenta el presidente del parlamento europeo, Antonio Tajani. “¿Por qué? Porque el primer ministro ha respondido a los ciudadanos. Hay que escuchar a los ciudadanos, darles respuestas, defender sus intereses”.
En Alemania, el populismo trata de capitalizar la polémica gestión de la crisis de los refugiados. La canciller, Angela Merkel, que aspira a un cuarto mandato, suspira aliviada:
- “Holanda es nuestro socio, nuestro amigo, nuestro vecino. Por lo tanto, yo estoy muy feliz de que la alta participación haya conducido a un resultado muy pro-europeo, es una señal clara. Creo que ha sido un buen día para la democracia.”
Tras el año del brexit y de la victoria de Donald Trump, muchos temían una primavera del populismo xenófobo y antieuropeo en el seno de la UE. Después de haber perdido el primer asalto en Holanda, los populistas centra toda la atención en el resultado que obtenga el mes que viene Marine Le Pen en las presidenciales francesas.