Hama, la tercera ciudad siria y menos afectada que las otras por la guerra civil en el país, intenta reemprender una vida industrial que era su especialización en el…
Hama, la tercera ciudad siria y menos afectada que las otras por la guerra civil en el país, intenta reemprender una vida industrial que era su especialización en el pasado. Para ello, se vale de algunos países del sudeste asiático y sobre todo China que ajeno a las sanciones occidentales se ha encargado de suministrar material para las pequeñas fábricas que son capaces de funcionar. Es el caso de este taller de zapatillas, en unas imágenes servidas sin otro contraste por la televisión china CCTV.
“Importamos material de base y máquinas de China desde hace casi siete años porque Europa ha impuesto sanciones a Siria”, da como explicación el copropietario de la fábrica de zapatos, Abdul Al-Moudy.
El taller, que recibe además la ayuda técnica personal de empleados chinos, se halla en el territorio que se ha mantenido fiel al régimen de Bachar Al Asad acusado por los países occidentales de bombardear a civiles en zonas rebeldes. En Hama, se pueden ver otras piezas de origen chino como componentes de automóviles o ciclomotores.
“Las compañías chinas proveen de equipamientos a Siria”, cuenta un responsables de la Cámara de Comercio de Hama, Muaz Khalouf. “China es el país que ha ofrecido más ayuda para el desarrollo sirio. Está restaurando el tejido industrial sirio para que el país salga de nuevo adelante”.
En efecto, China pone por delante sus intereses comerciales al desarrollo de los acontecimientos en el país. Y ya se ha convertido en el principal socio sirio con un volumen de intercambios del ochenta por ciento del total, según las autoridades de Damasco. Los productos fabricados en Hama llegan a exportarse al Líbano, Irak, Yemen, Sudán o Libia.