2017 fue el año de los desastres naturales en Estados Unidos. Nunca sufrió tanto ni causaron tantos daños materiales. Pese a las dudas de Trump, una agencia federal ha advertido al Gobierno de los riesgos económicos que supone el cambio climático.
Desastre tras desastre... 2017 será recordado como el año de los extremos en Estados Unidos, doce meses en los que sufrió inundaciones, huracanes, tornados, sequías, incendios y heladas. Murieron cientos de personas y la factura de los años materiales, más de 306.000 millones de dólares, nunca fue tan alta.
Según los datos publicados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, fue el tercer año más cálido de la historia de Estados Unidos. La agencia federal alerta en su informe de los riesgos económicos del cambio climático.
El gobierno de Trump, que duda abiertamente sobre la relación entre la utilización de combustibles fósiles y el calentamiento global, ha prometido impulsar la producción de petróleo, gas y carbón durante su legislatura.