Pilotos voluntarios, salvando vidas desde el aire

Pilotos voluntarios, salvando vidas desde el aire
Por Euronews
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José Benavente y Benoît Micolon sobrevuelan cada día las costas libanesas en busca de embarcaciones de inmigrantes en peligro. A través de su página web buscan fondos con los que poder mantener su pequeña pero importante ONG.

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José Benavente y Benoît Micolon no son dos pilotos cualquiera. Cada mañana estos dos colegas encienden los motores del pequeño avión pagado con sus ahorros para patrullar sobre el mar Mediterráneo en busca de embarcaciones de inmigrantes. Su pequeña ONG se llama 'Pilotos voluntarios'. Benavente y Micolon trajeron a 'Colibri' (así se llama el aparato) desde Annemase, en los Alpes franceses, a Malta, desde donde tienen pensado realizar una veintena de vuelos al mes.

"Consultamos largo y tendido con las ONGS que trabajan en esta zona y que operan com los diversos barcos de rescate que hay aquí", nos explica José Benavente, "y nos enteramos de que muchas veces las embarcaciones de refugiados se encuentran en grave peligro a solo unos cientos de metros de estos barcos, que no los ven porque no cuentan con los recursos necesarios. Este tipo de embarcaciones en peligro tienen que ser rescatadas con la mayor brevedad posible", recuerda el piloto, "porque se hunden muy rápidamente".

"Estamos hablando de botes que se quedan sin gasolina en pocas horas, y comienzan a ir a la deriva. En muchas ocasiones se trata de lanchas de goma, por lo que empiezan a perder aire. Por estas razones, y como bien sabemos, esta parte del Mediterráneo se ha convertido en el mayor cementerio de refugiados del mundo".

"A veces nos preguntan cómo hacemos exactamente para salvar a estas personas con nuestro avión", nos cuenta por su parte Benoit Micolon. "¿Podemos aterrizar cerca de ellos?, ¿Les lanzamos provisiones, chalecos salvavidas y cosas similares? No, nada de eso. Nuestra misión es simplemente la de localizar estas embarcaciones y a continuación avisar rápidamente a los barcos de rescate.

Por un espacio de cuatro a ocho horas cada día, Benavente y Micolon sobrevuelan frente a las costas libias un área de 150 kilómetros de largo por 50 de ancho. Para hacerlo han dejado de lado sus trabajos, y sus fondos son limitados. A través de su página web, esperan recaudar donaciones suficientes con las que seguir salvando vidas desde el aire.

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