Lleva una década tratando de llegar a Los Pinos, esta puede ser su mejor oportunidad
Ambicioso, incombustible y de izquierdas.
Así es Andrés Manuel López Obrador -AMLO para la prensa-, un hombre que se ha pasado la última década tratando de ser presidente de México.
El veterano político, de 64 años intentó ganar sin éxito en 2006 y 2012. Para poder presentarse en 2018 tuvo que formar su alianza, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
El tabasqueño, que fue alcalde del DF, se presenta como una mezcla de ataque a los privilegios de las élites y de regeneración de las instituciones.
La violencia, la corrupción, y en general el hartazgo de la sociedad mexicana en general juegan a favor del candidato, que no tiene un programa nítido.
Muchos creen en su retórica populista, mal vista por EE.UU., es uno de sus puntos débiles. De la relación con el vecino del norte depende gran parte de la economía mexicana.
Pero López Obrador ha trabajado mucho para desmarcarse de la tradición chavista con la que le identifican sus enemigos y que ha marcado a la izquierda de la región los últimos veinte años.
Él prefiere verse como un reformista, y, sobre todo, como un político honesto que cambiará México.