Dinamarca celebra su primera ceremonia tras la entrada en vigor de una polémica ley que obliga a quienes desean adquirir la nacionalidad a un apretón de manos público como muestra de respeto a los valores daneses.
PUBLICIDADDinamarca celebra su primera ceremonia tras la entrada en vigor de una polémica ley que obliga a quienes desean adquirir la nacionalidad a un apretón de manos en público, mirando de frente y a cabeza descubierta.
Para la ministra de Integración danesa, Inger Stojberg el apretón de manos final, no es más ni menos que un gesto de respeto:
"Es claramente un símbolo, significa que uno asume las reglas básicas y que todos somos iguales. La discusión sobre no estrechar la mano de alguien del sexo opuesto no tiene mucho sentido, quiero decirles que no han entendido lo que significa ser danés y en este país tenemos igualdad y la hemos tenido durante generaciones y hemos luchado duro por ella, por tanto es necesario protegerla y mostrarle respeto."
La iniciativa, muy criticada por algunos colectivos de musulmanes y judíos, fue aprobada hace unos meses por el Gobierno conservador en minoría y el xenófobo Danks FolkeParti, el Partido del Pueblo danés pero este jueves, ninguno de los nuevos ciudadanos se ha negado a acatarla.
"Es una ley danesa y creo que es agradable la manera en que lo han hecho, Para mi dar la mano a una mujer no es ningún problema", explica Sakander Khan, nuevo ciudadano danés de origen afgano.
El Gobierno liberal-conservador de Lars Løkke Rasmussen ha seguido la dura línea en inmigración impulsada por los distintos ejecutivos daneses desde principios de siglo, con medidas como multar por llevar el velo integral en lugares públicos o aprobar una polémica ley para confiscar dinero y objetos de valor a los refugiados para costear su estancia.