Miles de migrantes esperan en la ciudad mexicana a la espera de que Estados Unidos apruebe su solicitud de asilo. Estados Unidos ya concede asilo a todo aquel que cruce ilegalmente. Los refugios y los albergues, desbordados.
Ciudad Juárez es, hoy por hoy, la ciudad de la eterna espera. Miles de migrantes centroamericanos se concentran en la ciudad fronteriza mexicana, a pocos pasos de su destino final, Estados Unidos. Permanecen a la espera de que este país apruebe sus socilitudes de asilo. El proceso, ya de por sí lento, se ralentiza aún más debido tanto al número de solicitantes como a la actual política migratoria estadounidense.
"Yo soy el número 7.780, y debo estar aqui al menos un mes más para poder cruzar", nos cuenta Dualdo Maltecon, migrante cubano. "Porque la demanda para entrar es relativamente alta, y la salida hacia Estados Unidos es muy pequeña, muy reducida. Pueden al día 30, 40 o hasta 60 personas. Pero hay días que pasan solo 10, o días como ayer en los que no dejan pasar a nadie".
Tradicionalmente los solicitantes de asilo tenían derecho a permanecer en Estados Unidos mientras sus casos eran estudiados por un juez de inmigración, pero son más de 800.000 los casos a estudiar, lo que hace que la espera pueda ser de años.
Los albergues y refugios, desbordados
Los migrantes son distribuidos en diversos refugios a lo largo de la ciudad, muchos de los cuales no dan abasto al no contar con las infraestructuras necesarias. A falta de suficentes albergues, las autoridades han levantado instalaciones temporales cerca del puente internacional que conecta Ciudad Juárez, en México, con El Paso, Estados Unidos.
El pasado mes de noviembre, los criterios de asilo se endurecieron aún más con las nuevas medidas de la administración Trump, las cuales niegan el derecho de asilo a todo aquel que entre ilegalmente en el país. Debido a ello, los cruces de este tipo han disminuido, y Ciudad Juárez lo ha notado sensiblemente.
Muchos otros migrantes han optado por viajar a otras ciudades con las tarjetas humanitarias entregadas por el Gobierno en busca de trabajo en México, conscientes de que el sueño americano no está tan cerca como parece.