No hay casi ninguna situación que no mejore ligeramente con un buen partido de fútbol. Así lo hicieron ver varios activistas sirios en Sarmada, en el noroeste del país, donde organizaron una pachanga sobre el barro para los desplazados internos en esta zona de Siria.
"Hemos elegido este campamento cerca de la frontera turca, con el frío y la lluvia para mostrar el sufrimiento de los desplazados, especialmente en las circunstancias actuales", explica uno de los activista. "Aquí el precio del combustible es alto, la mayoría de las tiendas no tienen calefacción y funcionan con gasoil. Queríamos hacer algo para alegrar a los niños y hacerles olvidar el desplazamiento y el sufrimiento".
La rivalidad o las condiciones del campo fueron esta vez lo de menos. Pequeños y grandes disfrutaron del placer del deporte por el deporte a la vez que mostraban al mundo las pésimas condiciones en las que miles de personas tienen que vivir hoy en día a causa de la guerra en Siria.
