Los talibanes se atribuyen el derribo de un avión de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Mientras que Estados Unidos reconoce el siniestro pero desmiente que la aeronave haya caído por un ataque talibán.
Los talibanes se atribuyen el derribo del avión de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Según los paramilitares el avión se encargaba de realizar labores de inteligencia en una zona controlada por ellos en la provincia de Ghazni, al este de Afganistán.
Tras la reivindicación talibán, Estados Unidos, que mantiene desplegados en el país a unos 14.000 soldados, tardó varias horas en reconocer el siniestro.
Estados Unidos ha reconocido que la aeronave se estrelló pero desmiente que haya sido por un ataque talibán. Según las fuerzas aéreas estadounidenses en Afganistán, se trata de un accidente de un bombardero estadounidense que operaba en la zona. En la tragedia murieron todas las personas que viajaban abordo.
Este incidente se produce mientras talibanes y estadounidenses sostienen en Catar conversaciones de paz, que según afirmaron recientemente los insurgentes se encuentran muy avanzadas, con la firma de un acuerdo cada vez más próxima.
Lo ocurrido hoy, sin embargo, podría suponer un nuevo obstáculo en esas negociaciones. Ya el pasado septiembre el presidente de EEUU, Donald Trump, interrumpió de manera abrupta las conversaciones de paz iniciadas hacía un año en Doha tras la muerte de un soldado estadounidense en un atentado talibán en Kabul, y no las retomaría hasta tres meses después.
El borrador del acuerdo que talibanes y EEUU finalizaron en septiembre y que contemplaba la retirada de más de 5.000 soldados estadounidenses en los primeros 135 días tras su firma, no fue modificado en la nueva ronda negociadora, pese a que los talibanes se negaron a declarar un alto el fuego, como exigía la contraparte.
Sí hablaron de una reducción de la violencia, según los propios insurgentes reconocieron a finales de diciembre.
Afganistán vive una cruenta guerra desde que en 2001 una coalición liderada por Estados Unidos derrocó del poder al régimen talibán, que desde entonces combate para volver a controlar el país, donde en la actualidad dominan amplios territorios