Armenia y Azerbaiyán siguen cruzándose amenazas y acusaciones en el cuarto día de conflicto
Jóvenes armenios siguen alistándose con entusiasmo para ir a luchar en el conflicto que libra su país con Azerbaiyán, donde hay nutridas colas a la espera de ir al frente.
Ambos países han dejado claro que, en el que ha sido el cuarto día de enfrentamientos, ninguno tiene intención de llegar a un alto el fuego.
El ministro de defensa azerí ha asegurado que el Ejército armenio ha bombardeado posiciones civiles en la ciudad de Tartar el miércoles por la mañana, causando heridos; mientras, los armenios dicen que Bakú sigue su ofensiva en el norte de Nagorno Karabaj.
"Nuestro objetivo es que no se deteriore la situación. Nuestro objetivo es mejorarla. Hemos estado actuando y estaremos actuando en esta dirección para restaurar la paz y estabilidad", ha dicho en rueda de prensa el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián.
"El primer ministro de Armenia nos impone condiciones, nos ha puesto condiciones. He declarado que rechazamos estas condiciones. Nosotros solo tenemos una condición: que las fuerzas armadas armenias se retiren total, incondicional e inmediatamente de nuestras tierras", ha dicho por su parte el presidente azerí, Ilham Alíev.
El nuevo despertar de este conflicto inquieta a la comunidad internacional. Desde el domingo, cuando ambos países volvieron a los enfrentamientos, se han echado la culpa insistentemente el uno al otro de haber provocado la guerra.
Ambos aseguran haber infligido graves daños al contrario; por el momento se han confirmado cerca de 100 muertes en total desde que retomaron las hostilidades.