La tensión en la frontera entre Rusia y Ucrania alimenta el miedo en el único puesto de control que existe a la entrada de la autoproclamada República Popular de Lugansk en el este de Ucrania.
Es uno de los puntos calientes de la frontera ucraniana, el único puesto de control que funciona para entrar en la autoproclamada República Popular de Lugansk en el este de Ucrania. Una vez al día, unas 2000 personas viajan entre la zona controlada por el Gobierno y la zona rebelde.
Liuba es una de esas personas que lidia con el miedo a que la guerra estalle a gran escala. "Por supuesto, tenemos miedo. Todos tenemos miedo y nos sentimos al límite. No queremos que ocurra. Incluso la situación actual es mejor que la guerra", señala.
El hecho de que Rusia haya reunido tropas en su frontera con Ucrania, alimenta el miedo a una posible invasión a principios del año que viene.
En las últimas semanas, los lugareños afirman que la ciudad cercana al cruce, Stanytsia Luhanska, ha sido alcanzada por el fuego de artillería en tres ocasiones.
Los líderes occidentales están cada vez más preocupados por el aumento de las tropas rusas en la frontera independientemente de que Rusia haya negado su intención de atacar. Moscú por su parte ha acusado a las autoridades ucranianas de planear una ofensiva para recuperar el control del este de Ucrania, una acusación que los ucranianos han rechazado.