Pero la ayuda moral y humanitaria debe estar respaldada por decisiones políticas urgentes, dicen voluntarios y refugiados con los que Valérie Gauriat, nuestra enviada especial, se reúne en este centro de Lviv, la ciudad de la resistencia ucraniana.
PUBLICIDADAntes de la guerra el centro artístico nacional de Lviv, en el oeste de Ucrania, era un reconocido centro cultural del país. Ahora la guerra ha convertido sus 9 000 metros cuadrados en un bullicioso centro humanitario.
Día y noche, aquí se organizan los suministros que llegan de todas parte de Ucrania y del extranjero para los refugiados que llegan a la ciudad desde las zonas atacadas.
También desde Lviv, se envían diariamente varias toneladas de alimentos, ropa, medicinas o incluso juguetes a los refugios.
Procedentes de todas las partes del país, estos voluntarios trabajan sin descanso.
"Contamos con cientos de voluntarios aquí y a todas horas. Todo el mundo está ayudando. Muchas personas han perdido su trabajo a causa de la guerra. Muchos negocios han dejado de funcionar, así que la gente no quiere quedarse en casa, sino que quiere hacer algo útil", explica Yuriy Popovich, coordinador del centro.
Ese es el caso de Yaroslav Kormushin, un ingeniero de sistemas antes de que comenzara la guerra.
"Este es el almacén. Aquí ponemos las cosas relacionadas con los recién nacidos, la nutrición de los niños. Allí atrás tenemos el depósito de alimentos a largo plazo", nos comenta.
Los paquetes de ayuda humanitaria se envían tanto a los civiles como a los soldados en el frente
"Muchos niños nos escriben, nos escriben cartas para los soldados. Las enviamos en cajas a nuestros grupos. Hay un niño que está muy seguro de que vamos a ganar. Así que no podemos pensar en no ganar. Debemos ganar", concluye Yaroslav.
Pero la ayuda moral y humanitaria debe estar respaldada por decisiones políticas urgentes, dicen todas las personas con las que Valérie Gauriat, nuestra enviada especial, se reúne en el centro; instando a los líderes occidentales a imponer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania.
"Estamos como bajo una lluvia de bombas. Lo que realmente necesitamos ahora, nosotros los ucranianos, es que se cierre el cielo. Cerrar nuestro espacio aéreo. Por favor, ayúdennos, porque para nuestros hijos lo que está ocurriendo es terrible. Nos preocupa cada día que nos levantamos, sin saber dónde caerá la próxima bomba", suplica Solomiya Terebukh, refugiada en Lviv.