Siestas energéticas de 20 minutos y no más de tres guardias seguidas serían lo conveniente para garantizar la seguridad de los trabajadores sanitarios y pacientes.
Siestas cortas de 20 minutos y no más de 3 guardias seguidas. Es lo que los médicos y enfermeras que trabajan de noche deberían tener según el último estudio publicado en la revista Anaesthesia en Reino Unido.
Los resultados sugieren que los trabajadores sanitarios de estos turnos deberían tener los mismo sistemas de gestión de riesgos que los de las aerolíneas, tanto para garantizar su seguridad como la del paciente.
La "deuda de sueño" comienza a acumularse después de 2 o más noches de sueño restringido, y se necesitan al menos 2 noches de buen sueño para recuperarse de ello. La función cognitiva se deteriora después de 16-18 horas de vigilia, lo que lleva a un deterioro de la capacidad del trabajador médico para interactuar eficazmente con los pacientes y los colegas, señalan los responsables del estudio.
"Cuando la fatiga se instala, los miembros del equipo médico y de enfermería somos menos empáticos con los pacientes y colegas, la vigilancia se vuelve más variable y el razonamiento lógico se ve afectado, lo que dificulta el cálculo, por ejemplo, de las dosis correctas de medicamentos que necesita un paciente", explica la doctora Nancy Redfern.
"Nos cuesta pensar con flexibilidad o retener información nueva, lo que dificulta la gestión de situaciones de emergencia que cambian rápidamente. Nuestro estado de ánimo empeora, por lo que nuestro trabajo en equipo se resiente. Por tanto, todo lo que hace que nosotros y nuestros pacientes estemos seguros se ve afectado", añade la doctora.