Las ciudades fronterizas con Estados Unidos de Tijuana, Mexicali, Rosarito y Ensenada, se han visto reiteradamente afectadas por la violencia entre cárteles de droga. Incendio masivo de vehículos y bloqueo de carreteras han sobrepasado enfrentamientos anteriores.
Las ciudades fronterizas con Estados Unidos de Tijuana, Mexicali, Rosarito y Ensenada, se han visto reiteradamente afectadas por la violencia entre cárteles de droga. Incendio masivo de vehículos y bloqueo de carreteras han sobrepasado enfrentamientos anteriores.
Toque de queda y alarde de presencia masiva de uniformados han acabado por el momento con las batallas callejeras entre bandas. Es el objetivo del despliegue dirigido por el coordinador de la Guardia Nacional mexicana en Baja California, el general Jorge Enrique Martínez: "Llegaron 300 elementos de fuerzas especiales de la secretaría de la Defensa Nacional, del Ejército Mexicano, así como 50 integrantes del Batallón de la Fuerza de Intervención Rápida de la Guardia Nacional._Se ha recuperado la seguridad, se distribuye personal de la Guardia Nacional, del Ejército Mexicano, de seguridad pública estatal y de seguridad pública municipal, así como de las fiscalías. El día de hoy se realizó una reunión para la coordinación de todas las actividades de seguridad pública, como repito, para restablecer y mantener la paz social en el estado de Baja California."
La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, ha llegado a dirigirse a los cárteles para pedirles que de tener cuentas pendientes las resuelvan entre ellos sin que afecte a los ciudadanos.
La zona de Tijuana, fronteriza con el sur de California, es un lucrativo pasillo de tráfico de drogas ilegales dominado durante mucho tiempo por el cártel de los Arellano Félix, ahora convertido en un campo de batalla entre varias bandas, entre las que luchan por ampliar territorio los cárteles de Jalisco y Sinaloa.