Tras dos meses y medio de campaña, y según las últimas encuestas, el líder del Partido de los Trabajadores parte con cierta ventaja sobre el actual presidente, entre cuatro y siete puntos porcentuales.
PUBLICIDADBrasil decide. Más de 156 millones de ciudadanos en más de 5.500 ciudades dentro país y en otas 181 localidades del extranjero están llamados a votar en la segunda vuelta presidencial. Las opciones son dos: el actual mandatario, el ultraderechista Jair Bolsonaro o el antiguo mandatario, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Brasil también elige a los gobernadores de una docena de estados.
Tras dos meses y medio de campaña, y según las últimas encuestas, el líder del Partido de los Trabajadores parte con cierta ventaja sobre el actual presidente, entre cuatro y siete puntos porcentuales. Lula, presidente entre 2003 y 2010, ya ganó la primera vuelta con un 48,4 por ciento de los votos.
Una increíble resurrección política teniendo en cuenta que hasta 2021 no recuperaba sus derechos políticos, después de casi 600 días en prisión por unas condenas por corrupción y lavado de dinero que luego fueron anuladas.
Ante él está el presidente de los últimos cuatro años, Bolsonaro, polémico durante todo su mandato y dispuesto a seguir aplicando sus políticas ulltraconservadoras en el país más poblado de Sudamérica. En definitiva, dos posturas totalmente antagónicas que llevarían a Brasil en direcciones radicalmente opuestas.
Tanto como para uno como para otro, el voto indeciso se antoja definitivo. En la primera vuelta, la abstención fue de un 20 por ciento, lo que deja bien a las claras la importancia de convencer a estos ciudadanos. Las intenciones de voto, no obstante, no han variado demasiado en las últimas semanas: Lula se mantiene ligeramente favorito para la victoria final.