La campaña de recaudación de fondos ya ha conseguido casi cuatro millones de euros, con contribuciones de particulares y empresas locales que quieren asegurar la preservación de Garisenda, la emblemática torre inclinada de Bolonia.
Una "gran movilización" para recaudar fondos ha conseguido casi cuatro millones de euros para financiar el mantenimiento y la restauración de la torre Garisenda en Bolonia, menos conocida pero tan inclinada como la de Pisa, en una campaña en la que el alcalde destacó las donaciones de ciudadanos y empresas locales que han querido contribuir a la preservación de uno de los mayores símbolos de la ciudad.
Garisenda y su pareja más alta, la torre Asinelli, "son el símbolo de nuestra ciudad", dice a Euronews Matteo Lepore, alcalde de Bolonia, que recuerda que "Dante habla en la Divina Comedia de la torre inclinada, la Garisenda". Ambas "son un símbolo de identidad del mayor centro histórico medieval de Europa. Estas torres y pórticos representan el paisaje boloñés. Para nosotros es impensable perderlos y por eso debemos cuidarlos", añade.
La reciente detección del deterioro de la base de Garisenda y el riesgo de derrumbe motivaron el comienzo de obras de seguridad que, en una siguiente fase, se verán acompañadas de labores de restauración, en un proceso que podría dilatarse varios años. La recaudación de fondos se ha articulado a través del sitio web 'sosteniamoleduetorri.it'.
La torre Garisenda lleva inclinada más de 900 años, debido al hundimiento del terreno y de los cimientos durante su construcción. Pero la intervención actual se debe al empeoramiento de la situación. "Históricamente, la torre tiene una inclinación hacia el lado este, que se acentúa cada vez más, pero siempre en la misma dirección. La pasada primavera, en el mes de mayo, a través de uno de los sensores que se colocaron en las cuatro esquinas de la torre, se detectó un nuevo hundimiento, nunca antes registrado, en dirección suroeste", señala Raffaela Bruni, ingeniera y coordinadora de las obras.
Los trabajos pretenden asegurar la estabilidad a largo plazo de la torre Garisenda, aunque lo que no podrán evitar es que siga inclinada.