El museo, construido en Ámsterdam, narra las historias de algunos de los 102.000 judíos que fueron deportados de los Países Bajos y asesinados en campos nazis, y la historia de su persecución estructural bajo la ocupación alemana de la Segunda Guerra Mundial, antes de comenzar las deportaciones.
El rey neerlandés Guillermo ejerció de anfitrión en una ceremonia a la que asistió el presidente de Israel, Isaac Herzog, cuya presencia ha provocado protestas debido a la ofensiva israelí en la Franja de Gaza.
El museo, construido en Ámsterdam, narra las historias de algunos de los 102.000 judíos que fueron deportados de los Países Bajos y asesinados en campos nazis, así como la historia de su persecución estructural bajo la ocupación alemana de la Segunda Guerra Mundial, antes de que comenzaran las deportaciones. Tres cuartas partes de los judíos neerlandeses formaban parte de los 6 millones de judíos asesinados por los nazis, la mayor proporción de cualquier país de Europa.
Ante la presencia de Herzog en Ámsterdam, se han convocado protestas, tanto propalestinas como proisraelíes. El presidente de Israel fue uno de los dirigentes de su nación citados en una orden emitida en enero por el máximo tribunal de las Naciones Unidas para que Israel hiciera todo lo posible por impedir la muerte, la destrucción y cualquier acto de genocidio en Gaza. Herzog acusó a la Corte Internacional de Justicia de tergiversar sus comentarios en la sentencia.