La tensión crece en el Mar Rojo con un nuevo ataque de los Hutíes contra un barco y un destructor de la armada estadounidense.
PUBLICIDADEn un comunicado, los rebeldes hutíes se atribuyeron la responsabilidad del ataque con misiles que alcanzó el barco Pacific 01, de bandera panameña y propiedad vietnamita.
El petrolero era anteriormente propiedad de Eastern Pacific Shipping, con sede en Singapur, que ha sido atacado repetidamente por los hutíes. Esta empresa está controlada por el multimillonario israelí Idan Ofer.
Los rebeldes también afirmaron haber atacado un destructor estadounidense, sin dar más detalles. Los buques de guerra estadounidenses han sido repetidamente blanco de ataques con misiles y aviones no tripulados de los hutíes.
En un comunicado, el Comando Central del ejército estadounidense reconoció que los hutíes dispararon tres misiles balísticos antibuque en el Mar Rojo el viernes, pero dijo que ningún barco fue alcanzado.
Otro ataque se registró a última hora del viernes, pero el fuego de los hutíes no alcanzó al gasero con bandera de las Islas Marshall que fue atacado. Como vemos otro barco en ruta comercial.
Hamás y Hutíes: ¿Frente común contra Israel?
La semana pasada, miembros de Hamás y los rebeldes hutíes yemeníes mantuvieron una reunión para discutir la coordinación de sus acciones contra Israel, dijeron fuentes de la facción palestina.
Hamás y los hutíes son parte del "eje de la resistencia", un conjunto de movimientos respaldados por Irán hostiles a Israel y Estados Unidos, que también incluye al grupo libanés Hezbolá y a las milicias iraquíes.
Los hutíes han estado atacando barcos del Mar Rojo durante meses desde que estalló la guerra entre Israel y Hamás, provocada por el ataque del 7 de octubre.
Los hutíes podrían tener un arma hipersónica, ¿qué implicaría?
La agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti, citando a un representante hutí no identificado, informó que los rebeldes tienen un nuevo misil hipersónico en su arsenal.
Agregar un misil hipersónico a su arsenal podría representar un desafío mayor para los sistemas de defensa aérea de Estados Unidos y sus aliados, incluido Israel.